Las empresas chicas generan más simpatías que las empresas grandes. Por esto los políticos prefieren, por lo menos en sus discursos, apoyar a los “changarros” y promover el autoempleo que crear condiciones para que las empresas grandes generen más valor. Sin embargo, hoy la crisis económica en Europa, nos ayuda a confirma que son, precisamente, las empresas grandes las más productivas y las que tienen la mayor capacidad para generar empleos y promover un alto nivel de vida para la población.
La revista The Economist en su primer número del mes de marzo tiene dos artículos al respecto del tamaño de las empresas. En ellos se muestra que los países a los que peor les ha ido en la crisis tienen un modelo económico basado en tener muchas empresas chicas, como es el caso de Grecia, Italia y Portugal. Por el contrario, son los países que tienen un modelo económico basado en empresas grandes, como Alemania, los más capaces para mantener altos niveles de vida.
Portugal es un caso interesante, pues hoy tiene menos empresas grandes que las que tenía en los ochentas. Esta tendencia no es la más común y, como The Economist lo señala, puede ser el resultado de que Portugal tiene una de las leyes laborales más estrictas de los países de la OECD. Otro ejemplo que se da, citando un estudio de la consultora McKinsey, es el de Grecia, que tiene el doble de tiendas por persona que los países de Europa occidental. Se estima que estos locales generan 40% menos de valor de lo que podrían alcanzar.
Es un hecho que las empresas chicas son menos productivas, es decir, no son tan exitosas combinando trabajo y capital con el fin de crear valor. Al respecto, uno de los artículos menciona que las empresas con menos de 20 empleados son aproximadamente la mitad de productivas que las empresas que tienen mas de 250 empleados.
Las reglas del juego en muchos países están hechas para proteger a los chicos y a la larga lo que generan es limitar a las empresas que tienen potencial de crecimiento. En Francia, por ejemplo, las empresas de menos de 50 empleados están exentas de cumplir con ciertas reglas, razón por la que muchas de ellas eligen, simplemente, no crecer.
El argumento de proteger a las empresas chicas tiene que ver con la idea de que son estas las que generan más empleos. Sin embargo, hoy en Europa se muestra que no hay un vínculo entre tamaño de las empresa y creación de fuentes de empleo. Es natural que las nuevas empresas generen empleos pero no es por su tamaño, sin porque son nuevas. Además, estos empleos están mucho más en riesgo que los que podría generar una empresa grande.
En México el mapa no se ve muy alentador. Las micro, pequeñas y medianas empresas componen el 99% del universo, generan el 52% del PIB y tienen al 72% de la población ocupada. El tamaño promedio de la empresa en México es de 25.7 personas, menor al tamaño promedio en 2004 y superior a aquel de 1999. Así, fuera de sectores específicos, no ha habido en México un crecimiento sustancial en el tamaño de las empresas.
Ahora que estamos en tiempos electorales, debemos exigir a los candidatos propuestas que le quiten las trabas al crecimiento de todas las empresas, sea cual se su tamaño. En México tenemos que empezar por premiar el éxito, aunque esto no sea tan popular.
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