Esta semana se encuentra marcada por la definición de un acontecimiento de capital envergadura. No, amig@ aficionad@ o interesad@ de ocasión en el balompié, no se trata de la descalificación o no del equipo representativo del país en ese deporte para la Copa Mundial Brasil 2014. En cambio, me refiero a la afinación de los detalles del Paquete Económico para el próximo año, el primero diseñado en su totalidad a gusto de la administración Peña Nieto (nada de excentricidades como el déficit cero o fortalecer la transparencia en el gasto público). Así, está por saberse de qué manera piensa financiar el gobierno sus programas sociales, su burocracia y, en suma, su operación. A primera vista, el regreso del PRI a Los Pinos también plantea un retorno al asistencialismo, hoy con menos recursos, y a la tentación de subordinar al sector productivo a criterios poco óptimos. No es aventurado decir que la viabilidad económica de México está en juego.
1-El cabildeo: el espectro del proceso legislativo en México. Este lunes 14, El Universal reveló que la firma Pricewaterhouse Coopers estaría prestando sus servicios de cabildeo con el propósito de influir en la modificación de diversos aspectos de la reforma hacendaria. Más allá de los jugosos honorarios cobrados por la empresa (aunque no se ofrecen datos acerca de sus clientes), es interesante revisar la prácticamente nula reglamentación de la labor de los cabilderos en el Congreso mexicano. Si bien los legisladores de la República, al tomar posesión de su cargo, prometen mirar “en todo por el bien y prosperidad de la Unión”, la presencia de cabilderos en los pasillos de las cámaras legislativas introducen un elemento de suspicacia –por decir lo menos—en la validez de dicho juramento, en especial con tanto dinero de por medio. Concediendo que el cabildeo es casi natural en el proceso legislativo de casi cualquier parte del mundo, ¿cuáles son las posibles virtudes y vicios de esta clase de actividad a la luz del contexto mexicano?
2-El sindicato petrolero: ¿en proceso de desmantelamiento o sólo está a dieta? La dirección general de PEMEX y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), firmaron un convenio administrativo-sindical que, entre otras cosas, plantea la revisión y subsecuente adelgazamiento de la planta sindical de la paraestatal. Según dicho documento, se estudiará la optimización de las plazas de trabajo, se buscará reacomodar personal y, de no ser posible ello, se estaría acudiendo a la opción de jubilarlo. En 2012, PEMEX destinó 71,143 millones de pesos a sus pasivos laborales. Si se llegara a poner en marcha un plan de jubilaciones masivas, esta cifra podría aumentar de forma significativa en los próximos años. Lo cierto es que pocas veces se habla seriamente del sindicato cuando se discute la reforma energética, pero es sabido que su estructura e influencia constituye un motivo de preocupación para los eventuales inversionistas en el sector. ¿Será este el inicio del ocaso para el STPRM? ¿Será la salida graciosa que Romero Deschamps negocia con el gobierno federal?
3-El (fallido) regreso del PAN a las calles. Este domingo 13, diversas figuras de Acción Nacional, sobre todo legisladores federales, convocaron a una concentración en la colonia Del Valle de la Ciudad de México, a fin de manifestarse en contra de varias disposiciones de la reforma hacendaria. A diferencia de lo que algunos neófitos podrían pensar, los panistas tienen prosapia en lo referente a convocatorias ciudadanas masivas–eso sí, no suelen utilizar el vocablo “popular”—con el propósito de pronunciarse en contra del gobierno. Son conocidas (y en su momento ocultadas por los medios) las movilizaciones en protesta por el fraude electoral en Chihuahua en 1985, los mítines encabezados por el Maquío Clouthier en Sinaloa durante la década de 1980, y hasta las acciones de resistencia civil del gobierno alternativo panista constituido tras los comicios de 1988. En 2013, en el marco del complejísimo rescate de su identidad, el PAN tuvo el pasado fin de semana un intento bastante deslucido. ¿Será esta la vía más conveniente para la recuperación de las raíces panistas? ¿Cuáles serán los principales obstáculos de este proceder?
4-La reapertura del caso Caro Quintero: la nueva marca de las relaciones México-Estados Unidos en materia de seguridad. En una investigación de la revista Proceso, se dio a conocer que el asesinato del agente de la Agencia Antinarcóticos estadounidense (DEA), Enrique Camarena, pudo haber sido perpetrado por órdenes de mandos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y no por el narcotraficante sinaloense. Independientemente de que Caro Quintero pudiera haber sido procesado por delitos varios, aun sin haber cometido el de Camarena, las revelaciones de una vinculación entre el narco mexicano y el financiamiento de operaciones encubiertas en Centroamérica, vuelven a abrir la polémica sobre la actuación norteamericana en el continente durante las postrimerías de la Guerra Fría y su “calidad moral” como impulsor de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. En la actualidad, el gobierno del presidente Peña ha modificado sustancialmente la estructura de cooperación de seguridad con el vecino del norte. ¿Cómo se inscribe esta salida a la luz de datos en el entorno actual de la relación bilateral?
5-La selección de futbol soccer: México en peligro de quedarse “sin pan y sin circo”. Guste o no, la importancia social, política, económica y cultural del pasatiempo y espectáculo deportivo más popular del país –y en buena parte del planeta—es innegable. Esta semana, poco interesa a las mayorías –de por sí no muy entusiastas al respecto—que las comisiones legislativas estén trabajando a marchas forzadas para entregar los dictámenes finales del Paquete Económico 2014, o que dos foros paralelos acerca de la reforma energética estén desarrollándose en el Senado. La gran angustia nacional no es saber si la nación volverá a hipotecar su destino con la trampa del déficit público o si las zonas devastadas por los meteoros septembrinos se están recuperando o no. Lo relevante es conocer si un puñado de jugadores viajará el verano próximo a vacacionar (perdón, a competir) al campeonato mundial de su especialidad deportiva en Brasil. Bien sabida es la importancia, en cuanto a derrama económica se refiere, de que este anhelo se concrete. Sin embargo, ¿tendrá también la participación de México en el certamen de soccer alguna trascendencia política?
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