Agenda de análisis. 24 de marzo de 2014

Telecomunicaciones

Mientras el PRI le quema incienso al prócer que nunca fue (Luis Donaldo Colosio), el PAN y el PRD entran a sus procesos de renovación de dirigencias nacionales con cierta tendencia a quemar (más) su prestigio, estructura y posibilidades de resurgir. El entorno de disputa interna que experimentan los partidos de oposición está siendo bien aprovechado por el partido en el gobierno a fin de continuar avanzando su agenda. Sabedor de que el trago amargo de las mayorías calificadas necesarias para sacar las reformas constitucionales de su interés, los priistas ya han dado muestra de su entera disposición a hacer valer su ventaja numérica en Cámara de Diputados y dar el primer paso hacia reglamentaciones a modo. Una vez abierto el candado más férreo, la Constitución, desviar la esencia de las reformas vía la legislación secundaria será un trámite más sencillo. Ciertamente, el gobierno federal todavía requerirá unos cuantos (no muchos) votos de PAN o PRD en el Senado para darle curso a las leyes reglamentarias. No obstante, con los ríos revueltos, los experimentados pescadores de la política mexicana seguro sabrán obtener las ganancias deseadas.

1-Colosio: una falsa leyenda y una cruda realidad. Este 23 de marzo, con motivo de la conmemoración del vigésimo aniversario del asesinato del entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio, la dirigencia nacional de dicho partido organizó un par de ceremonias en la Ciudad de México. En el acto realizado en el patio de la actual Universidad del Claustro de Sor Juana, el presidente del tricolor, César Camacho, encabezó la retahíla de apologéticas, no tanto a la memoria de una persona, sino a lo que el “nuevo PRI” quisiera que significara esa figura para la historia contemporánea de México. La retórica priista parece querer atribuir la génesis de conceptos tan gastados y, hoy especialmente, contradictorios de la práctica política como “democracia”, “autocrítica responsable”, “combate a la impunidad”, entre otros, a quien, en su momento, fuera “el tapado” designado por Carlos Salinas de Gortari para sucederle. La purificación (no confundir con depuración) que el PRI desea hacer de su historia, no sólo apostando a la desmemoria, sino a la construcción de una especie de “falso profeta”, asemeja al uróboros, la serpiente mitológica que engulle su propia cola. ¿Cómo ha cambiado el Revolucionario Institucional en estas dos décadas?

2-La Comisión Nacional de Seguridad (CNS): fin de la transición. Este martes 25 de marzo, tras el acto formal de ratificación en el Senado de Monte Alejandro Rubido García al frente de la CNS, esta institución estará comenzando a operar al cien por ciento como la actual administración del presidente Peña desee. Tal como se discutió la semana anterior en el texto “Manuel Mondragón y Kalb: un operador de transición” (Semana Política, CIDAC, n. 515), la llegada de Rubido, especialista en inteligencia y seguridad –no tanto en organización policiaca y prevención social del delito como su antecesor—, esboza la promesa de darle mayor institucionalidad a la CNS. Sin embargo, también plantea dudas en cuanto al perfil que tendrá esta dependencia a cargo de “preservar la libertad, el orden y la paz públicos; así como salvaguardar la integridad y derechos de las personas a través de la prevención en la comisión de delitos”. La suspicacia podría no darse tanto por el individuo, sino por el régimen que le ha encargado la encomienda. Rubido, en sus primeros años de experiencia en el sector, presenció la transformación de la tristemente recordada Dirección Federal de Seguridad (DFS) al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). ¿Cuál será el carácter institucional que adquiera la CNS?

3-La reglamentación de las reformas del Pacto por México: el verdadero cuerpo de la bestia. Las actuales dirigencias nacionales de los principales partidos de oposición, PAN y PRD, continúan vanagloriándose del gran éxito que ellos consideran fue la firma del Pacto por México con el gobierno federal, y la subsecuente concreción de las hiperbólicamente denominadas “reformas estructurales”. No obstante, conforme han ido saliendo a la luz los proyectos dirigidos a modificar las leyes reglamentarias que darán efecto a las constitucionales, el entusiasmo de quienes (aún) encabezan a la oposición se ha ido desplomando, mientras el PRI va mostrando su modelo “reformista” real. Una primera muestra fue el diseño del seguro de desempleo y la pensión universal, las cuales todavía ni siquiera pasan la aduana legislativa para convertirse en derechos consagrados en el artículo 4 constitucional, pero ya han sido aprobadas en Cámara de Diputados. Los priistas habían prometido a los perredistas legislar sobre estos dos instrumentos de política social, a cambio de su respaldo a la miscelánea fiscal y el aumento a los impuestos aprobado a fines del año pasado. Sin embargo, no estaba en la intención del PRD que, por ejemplo, el seguro de desempleo se financiara con otras prestaciones del trabajador (la subcuenta de vivienda) como acabó pasando la mayoría priista en San Lázaro. Algo similar estaría por ocurrir con los cambios en comisiones al proyecto de Ley Federal de Competencia Económica (LFCE) y a las iniciativas que finalmente ha enviado el presidente Peña este lunes 24 de marzo al Legislativo en materia de telecomunicaciones. En telecomunicaciones, PRD y PAN ya han señalado su desacuerdo con varios detalles de la reglamentación propuesta desde Presidencia de la República. De esta forma, panistas y perredistas, tal como los compañeros de Ulises en La Odisea con el monstruo Escila, fueron embelesados por una bestia que poco a poco los engulle.

4-El “nuevo rostro” de la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE). A mediodía del 20 de marzo pasado, tras una relampagueante sesión de diez minutos, la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen sobre la LFCE. En dicho documento, la LFCE sufrió alrededor de 90 enmiendas al proyecto que en un principio mandó el Ejecutivo federal y, en general, contaba con la anuencia de los partidos de oposición. Este martes 25 de marzo se espera su “debate” en el pleno de los diputados, donde se vislumbra al PRI volviendo a “mayoritear” a sus contrapartes de oposición. Entre otras cosas, el nuevo dictamen restará facultades a la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y fortalecerá a las instancias judiciales, no al regulador, en la solución de controversias vía el amparo. Asimismo, se quitan del texto de la ley las prescripciones para “perseguir con eficacia, castigar severamente y eliminar los monopolios, las prácticas monopólicas, las concentraciones ilícitas, las barreras a la libre concurrencia y la competencia económica”, cambiándolo por una redacción más laxa. Probablemente, la primera versión era más correcta, aunque un catálogo de buenos deseos. Si prosperan estas modificaciones, ¿qué futuro le espera al órgano regulador de la competencia?

5-El crédito en México: otra cara de la informalidad. De acuerdo con una nota publicada este lunes 24 de marzo en La Jornada, más de la mitad de las operaciones de ahorro y crédito en México no están reguladas. Parecen ser más la norma que la excepción instrumentos como tandas, guardaditos, pirámides, cajas familiares o comunitarias, entre toda una gama de “modelos” imaginados e implementados por los mexicanos con la intención de financiar un imprevisto, generar ahorros conjuntos o, por qué no, timar al prójimo. En el marco de la presentación de un taller de educación bursátil, el director de Educación Financiera de BBVA Bancomer, Adolfo Albo, estima que el ahorro informal tendría alrededor de 18 millones de usuarios, mientras que el crédito de este tipo tendría cerca de 16 millones. El 9 de enero de 2014, el presidente Peña promulgó la llamada reforma financiera. Uno de los principales objetivos de ese complejo paquete de modificaciones legales fue, en teoría, facilitar el acceso al ahorro y al crédito de la mayoría de la población. Sin embargo, entre las principales críticas a las reformas está el fortalecimiento de las facultades de los bancos para recuperación de créditos que, muy posiblemente, en primera instancia jamás debieron haber concedido. Los temas de fondo van desde la paupérrima educación financiera, la irresponsabilidad de las instituciones financieras, los bajos niveles de ingreso, y la desconfianza de los usuarios de la banca. En este sentido, se suela confiar más en la amiga del sobrino del compañero de trabajo que organizó la tanda, que en una casa de bolsa o en un fondo de inversión. ¿Cuáles son los puntos clave para combatir la informalidad en estos rubros? ¿Qué beneficios tendría la economía derivado de ello?

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