Febrero ha llegado a su segunda semana completa de
actividades. En términos legislativos, el Congreso ya habrá visto pasar la
mitad de uno de los tres meses de actividades ordinarias en el primer semestre
de 2013. En el Ejecutivo, el presidente Peña y su equipo apenas van saliendo
del marasmo generado por la contingencia de la Torre B2 de PEMEX y su primera
prueba de realidad en el regreso del PRI a Los Pinos. Rápidamente, los
“espejitos” que fueron las promesas de campaña, deberán irse transformando en
acciones que en verdad justifiquen el que los ciudadanos hayan puesto un voto
de confianza en el PRI para conducir al país por supuestos mejores rumbos.
1-El espaldarazo del Ejército al Pacto por México. En el marco de la
conmemoración del centenario de la Marcha de la Lealtad –el hecho histórico
previo al derrumbe del régimen maderista—, el general secretario de la Defensa,
Salvador Cienfuegos, declaró que el “espíritu propositivo y los hechos
consecuentes [del Pacto por México] son, justamente, la Marcha de la Lealtad
moderna que el país requiere”. Las críticas no se hicieron esperar.
Independientemente de que dicho acto de 1913 fue el preámbulo de una serie de
traiciones militares que desembocaron en el asesinato de Madero, la Marcha de
la Lealtad se considera el acto de fidelidad por excelencia entre el poder
civil y el aparato castrense en México. ¿Cómo deben tomarse los dichos del
secretario Cienfuegos?; ¿decidir excluirse del Pacto sería un acto de
deslealtad al Estado?; ¿podría el Pacto desinflarse, tal como se desinfló la
lealtad de algunos miembros de aquella Marcha?
2-La “renovación” en el IFE. Hace unos días, el polémico consejero electoral,
Sergio García Ramírez –pieza fundamental en la votación que, en términos
prácticos, exoneró al PRI del caso Monex—, decidió renunciar al IFE. A pesar de
aducir que dicha determinación había sido tomada desde hace meses, su salida
hasta ahora resultó bastante oportuna a la luz de la resolución en el caso
referido. Además, en alguna entrevista o comunicado, García Ramírez manifestó
haber cumplido con el deber que le fue encomendado. Aunado a ello, este lunes
11, el consejero presidente del Instituto, Leonardo Valdés, anunció que no se
postularía para un segundo periodo en su actual cargo directivo. Si bien el IFE
no encaró una crisis poselectoral como la que propició la salida del entonces
consejero presidente, Luis Carlos Ugalde, y la renovación escalonada del pleno
del organismo, los cuestionamientos a la imparcialidad del IFE y las distintas polémicas
referidas especialmente a la fiscalización de las campañas de 2012, vuelven a
colocarlo en una situación delicada. ¿Volveremos a ver una reforma electoral?;
¿será esa la buena?; ¿qué tan autónomo puede ser el IFE si prevalecen las
actuales reglas para el nombramiento de sus consejeros?
3-¿Y las iniciativas preferentes? A 10 días del inicio del segundo periodo
ordinario de sesiones del Congreso, una de las notas destacables fue la
ausencia de iniciativas preferentes por parte del presidente Peña. En la
primera experiencia de esta clase de herramientas del Poder Ejecutivo como
parte del proceso legislativo, el entonces presidente Calderón fue capaz de
ejercer un activismo inusitado para alguien que está a punto de entregar el
poder y que, por si fuera poco, entregaría su investidura a un partido distinto
al suyo. Esto marcó la agenda legislativa del primer periodo de la LXII
Legislatura, aun cuando el partido del mandatario ya era minoría en las
cámaras. Ahora, la agenda legislativa parece que será marcada por el Pacto por
México, aunque hay voces al interior de los partidos de oposición para que esto
no pudiera llegar al puerto que desearía el presidente Peña. Además, queda
todavía pendiente una ley reglamentaria del 89 constitucional, a fin de marcar
con claridad la operación y limitaciones de la figura de la iniciativa
preferente. ¿Habrá desaprovechado el presidente este recurso, apostándole con
demasiada confianza al Pacto por México?; ¿qué factores debería tomar en cuenta
una eventual reglamentación de la figura?
4-PEMEX: ¿a lo que sigue? Transcurridas casi dos semanas de los lamentables
hechos en la Torre B2 del complejo administrativo de PEMEX, parece que la
tormenta suscitada por la búsqueda de causas y eventuales responsables de la
tragedia ha amainado. Algo que pudo haber sido un acto para aplacar las cosas
fue la develación de una placa conmemorativa con los nombres de las víctimas
del incidente. Esto estuvo antecedido por una serie de acciones enfocadas en
“atender” a los deudos, por ejemplo, la promesa de otorgar plazas a los
familiares de los afectados o sólo cumplir con los “derechos” consagrados y
defendidos a través de la estructura sindical de la paraestatal. Ahora bien, la
explosión del 31 de enero sacó a la superficie varios temas que, sin duda,
deberían discutirse en la eventualidad de una reforma al sector energético, en
específico al petrolífero: la seguridad, la eficiencia en la operación y costos
de mantenimiento de las instalaciones y, más delicado, el papel que desempeñará
el sindicato en la “modernización” de PEMEX. ¿Será la Torre B2 un revolvente de
cara a la reforma?; ¿qué tanto enrareció el entorno de la reforma el
incidente?; ¿cómo será evaluada a la distancia la actuación de las autoridades
en las postrimerías del incidente?
5-La Cruzada contra el Hambre…¿de votos? El fin de semana pasado, Reforma sacó
una investigación donde demostraba que los municipios que se verían
beneficiados durante la primera etapa de la Cruzada Nacional contra el Hambre,
tienen un perfil más electoral que de necesidad alimentaria o de pobreza. En
CIDAC, en cuanto se publicaron en los anexos del decreto presidencial los
municipios contemplados, nos llamó la atención el caso de las delegaciones del
Distrito Federal. En efecto, fueron las cuatro demarcaciones más pobladas
(Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón y Tlalpan) las que se
enlistaban. Si se toma en cuenta el Índice de Desarrollo Humano avalado por
Naciones Unidas, al menos dos delegaciones con indicadores menores a las cuatro
mencionadas (Milpa Alta y Tláhuac) estarían fuera de la lista, mientras dos con
cocientes similares (Xochimilco y Cuajimalpa) tampoco estarían en el programa.
SEDESOL ha dicho que la selección de municipios responde a criterios del
CONEVAL. Independientemente de que la dependencia pudiera explicar con mayor
claridad sus metodologías, valdría la pena analizar el caso específico del D.F.
donde, aun cuando no habrá comicios este año, es natural la intención del PRI
de ir recuperando espacios clientelares perdidos en la capital. ¿Podrá tener
éxito la Cruzada contra el Hambre como una herramienta asistencialista que
“compita” con programas similares del gobierno local perredista?
6-Las extrañas alianzas partidistas en Baja California. En los últimos días, el
panorama de la competencia electoral en el único estado que renovará
gubernatura en 2013 parece aclararse, al menos en cuanto a que serán dos
grandes frentes los que choquen en los comicios de julio entrante. El PRI y el
PT presentarán a un candidato en alianza quien, en primera instancia, parece
que será el diputado con licencia, Jorge Castro Trenti. Por su parte, PAN, PRD,
PANAL y el Partido Estatal de Baja California, irán con un candidato que
saldría de las filas del PAN bajo la coalición Unidos por Baja California.
Haciendo memoria, cuando PAN y PRD conformaron las alianzas exitosas (cuando
menos electoralmente) en Oaxaca, Puebla y Sinaloa en 2010, el entonces senador
Manlio Fabio Beltrones (cercano, por cierto, a Castro Trenti), calificó a
dichas coaliciones como “antinatura”. Ahora, unirse con el PT (partido que ya
tiene en sus filas a distinguidos ex priistas como Manuel Bartlett) parece no
causarle mayor conflicto a un PRI deseoso de arrebatarle al PAN el primer
bastión estatal que ganó en las urnas en el ya lejano 1989. Por otra parte, la
polémica volvió con la nueva crítica de Vicente Fox a las alianzas PAN.PRD.
¿Deben tener necesariamente sustento ideológico las alianzas?; ¿qué tan
“antinatura” puede ser una coalición si el interés “natural” es obtener el poder?;
¿son las alianzas entre polos opuestos un símbolo de que los partidos han
perdido identidad o simplemente un síntoma positivo de la existencia de
coincidencias?
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