Decálogo de Calderón

Corrupción

1. No harás de tu fe un acto público. El presidente de la República es el jefe de Estado y representante de una nación con un amplio mosaico de credos religiosos y seculares: los mexicanos somos guadalupanos, católicos, protestantes, judíos, agnósticos, ateos, jacobinos y un diverso etcétera. Cuando el Presidente se hinca ante la imagen de una religión particular, deja de representar a la integridad de la nación. Profesar la fe en la intimidad no sólo es un acto de pudor y buen gusto, sino también una muestra de respeto hacia la pluralidad de creencias de la población mexicana.

2. No caerás en el triunfalismo. Cuando Winston Churchill se convirtió en primer ministro de Gran Bretaña, le dijo a sus conciudadanos: “Lo único que les puedo ofrecer es sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo”. Cuando Vicente Fox llegó a la Presidencia nos prometió un crecimiento económico del 7 por ciento. Churchill es recordado como un gran estadista, Fox pasará a la historia como un gran optimista.

3. No confundirás la política con la popularidad. Las encuestas para medir la aceptación colectiva de un gobernante son un espejo engañoso. Carlos Salinas gozaba de una altísima popularidad durante su sexenio y al paso de los años se transformó en el malo de malolandia. En su gobierno, Ernesto Zedillo era considerado como un mandatario gris y titubeante, pero a la luz del tiempo se convirtió en el ex Presidente, vivo, de más grata memoria. Con una obsesión por la trayectoria de su popularidad, Vicente Fox desdeñó el oficio de la política. El saldo de aquella indiferencia le ganó el cariño de muchos conciudadanos, pero el legado de una Presidencia ineficaz.

4. Escogerás tus batallas y enemigos. Será imposible cambiar a México sin pisarle los callos a poderosos grupos de interés. Sindicatos corporativos y monopolios intocables mantienen al país en el subdesarrollo. Vicente Fox se dedicó a cultivar el afecto y la amistad de los prototipos del neocharrismo sindical: abrazó al cacique de los petroleros y bailó al son que le puso la lideresa magisterial. En una confesión involuntaria sobre sus alianzas sexenales, Fox bautizó a la presa hidroeléctrica El Cajón en honor de Leonardo Rodríguez Alcaine, el difunto líder de la CTM. A los monopolios, públicos y privados, les regaló concesiones y licencias para ordeñar al consumidor mexicano. Felipe Calderón no podrá enfrentar a todos estos grupos en una misma cruzada, ellos son demasiado poderosos y él sólo será el presidente de México. Sin embargo, si quiere cambiar el destino del país tendrá que elegir a sus enemigos preferidos y declararles la guerra. De su agenda de batallas dependerá el futuro de la nación.

5. Despedirás a tus empleados inútiles. Si un secretario de Estado tiene la encomienda de construir un aeropuerto y a cambio te entrega una carretera, le deberías exigir su renuncia. Si tu secretario de Gobernación pasa la mitad del día probándose al espejo una banda presidencial, mándalo de embajador a Saturno. Si un secretario arma grillas públicas contra otro colega del gabinete, envíalo al consulado de Plutón.

6. Cuídate de tus parientes. Los escándalos políticos más grandes de los últimos sexenios están relacionados con el enriquecimiento súbito de algún familiar político o consanguíneo del Presidente en turno. Desde el sexenio de Carlos Salinas, el adjetivo “incómodo” se utiliza para calificar a un hermano o hijastro que traerá dolores de cabeza. Para ahorrar en aspirinas más vale mantener a la parentela a una sana distancia del poder.

7. Nadie votó por tu cónyuge. La vida nacional se contaminó por una primera dama que en los bautizos quería ser la niña de la fiesta, en las bodas la novia de blanco y en el sexenio de su marido, la voz con la última palabra. Los poderes metaconstitucionales de la cónyuge presidencial denigraron a su esposo y la investidura de su cargo. Se requerirá de una sobredosis de discreción e inteligencia para restituir la dignidad de la función de primera dama.

Un decálogo se compone de 10 reglas o mandamientos. Por falta de imaginación y espacio aquí les quedo a deber tres. Se ofrecen disculpas y se aceptan sugerencias para completar los que faltan.

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