Dios, la estadística y el ratero de la esquina

Educación

“Para entender la mente de Dios tenemos que estudiar estadística, ya que sólo así podremos conocer cuáles son sus propósitos.” Esta alabanza tecnócrata-teológica es obra de Florence Nightingale. En el siglo XIX, esta famosa enfermera británica descubrió que un soldado inglés tenía más riesgo de morir por una infección contraída en el hospital, que por una herida en el frente de batalla. Al recopilar miles de datos sobre las causas de defunción de los uniformados, la enfermera Nightingale asumió que estaba descifrando la voluntad de Dios.

Para creyentes, agnósticos y ateos, la estadística es una herramienta que sirve para predecir el futuro y explicar el pasado. En el año 2005 salió en Estados Unidos el libro Freakonomics, un título que en nuestro idioma se antoja intraducible. Con un amplio margen de error, el título del bestseller se podría traducir al español como Loconomía. Los autores, Steven Levitt, economista de la universidad de Chicago y Stephen Dubner, periodista del New York Times, fundaron con Freakonomics un nuevo campo del pensamiento científico, el uso de herramientas estadísticas para responder preguntas absurdas: ¿qué tienen en común los profesores de primaria de Chicago con los luchadores de Sumo en Japón? ¿por qué muchos vendedores de droga viven en casa de sus papás? ¿qué es más peligrosa para un infante, una alberca o una pistola?

Levitt y Dubner ofrecen respuestas que desafían por completo al sentido común. En el capítulo más provocador del libro, los autores explican la causa principal del descenso en la criminalidad en EUA durante los últimos 15 años. No fueron las penas de cárcel más severas, ni las políticas de cero tolerancia que aplicó Rudoplh Gulliani en Nueva York, tampoco fue el crecimiento económico, ni la pena de muerte. De acuerdo a los datos de Levitt, la legalización federal del aborto en 1973 fue el factor determinante en la reducción de la criminalidad dos décadas más tarde. Las mujeres estadounidenses con mayor probabilidad de ser madres de delincuentes (adolescentes, solteras y de bajos ingresos) decidieron terminar con su embarazo. Según Levitt, el crimen descendió por que los criminales potenciales nunca llegaron al mundo.

Estas conclusiones provocaron la ira fulminante de todo el espectro ideológico. Los resultados estadísticos violaban las normas principales de la corrección política. La derecha acusó a Levitt de promover el aborto, las feministas lo denunciaron por señalar a las madres solteras de fomentar el crimen y la izquierda lo llamó racista, ya que la mayor parte de las mujeres con ese perfil demográfico son de raza negra. El fundamento del odio era en esencia uno sólo: nadie podía desmentir su hipótesis.

Hay quienes creen que la delincuencia se desplomó porque la economía gringa generó más empleos. Varios estudios han demostrado que una reducción del 1% en la tasa del desempleo, reduce en 1% el número de crímenes violentos. Sin embargo, durante los años noventa en Estados Unidos, el desempleo se redujo en 2% y los crímenes violentos en 40%. Quien cree que Giuliani fue el principal responsable de la reducción del crimen en Manhattan se olvida de los calendarios y las estadísticas. Cuando Giuliani llegó a la alcaldía de Nueva York, en 1994, el crimen ya había descendido en un 20%. En los cinco estados de la Unión Americana donde se legalizó el aborto antes de 1973, los crímenes violentos cayeron 13% más que en el resto de las entidades.

¿Qué tiene que hacer Florence Nightingale y el libro Frekonomics en un artículo de la revista Chilango? La enfermera inglesa nos enseñó que la estadística permite intuir el destino o leer los propósitos de Dios; el bestseller demuestra que la demografía es un factor determinante en el comportamiento de la criminalidad.

Según una respetada encuesta de criminalidad (ICESI, 2005), en México, siete de cada diez delincuentes tienen entre 19 y 35 años de edad. De acuerdo al CONAPO, el mayor número de nacimientos de mexicanos ocurrió entre 1990 y 1994. Los nacidos durante esos cuatro años tienen hoy entre 10 y 14 años. Ellos son la generación más grande de mexicanos de la historia. Para el año 2009 esa generación de mexicanos entrará en la edad donde existe mayor propensión a cometer un crimen. Si Nightingale y Freakonomics tienen razón esto indicaría que la tasa de crimen se elevará a nivel nacional.

Pero que no cunda el pánico, también hay buenas noticias… en el mediano plazo. En el DF, la estructura de la pirámide demográfica es distinta a la del resto de México. Las generaciones de chilangos en “edad de delinquir” serán más pequeñas a partir del 2010. Igual que ocurrió en EUA, en el DF habrá menos chavos que escojan al crimen como principal actividad profesional. Si la demografía influye sobre los índices de delincuencia, los bebés que nacieron hoy en el DF crecerán en una urbe más segura de la que nos tocó vivir a nosotros.

La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org

Comentarios