¿Qué tienen en común los hornos de microondas, el GPS, la cinta canela, la computadora y los drones, también conocidos como “vehículos aéreos no tripulados”? No mucho, salvo por que todos estos inventos se comenzaron a utilizar en un contexto militar pero eventualmente se volvieron de una enorme utilidad y relevancia en varias industrias.
Siempre que leo sobre drones, o aviones teledirigidos, no puedo evitar pensar en películas de ciencia ficción. Sin embargo, Amazon acaba de llevar el tema a otro nivel al mostrar en un video cómo alguien podría pedir un artículo de la tienda en línea y recibir su paquete por medio de uno de estos pequeños vehículos aéreos. El video, que se volvió bastante popular en YouTube, confirma cómo esta tecnología podría volverse parte de nuestra vida cotidiana en el futuro mediano.
Los drones habían sido utilizados, hasta ahora, principalmente con fines militares; para, por ejemplo, localizar terroristas o armas químicas, o lanzar misiles sobre blancos terrestres. La ventaja militar de estas unidades sobre los aviones es que pueden cumplir con ciertas misiones a un menor costo y sin poner en riesgo la vida de los tripulantes. Pero al poco tiempo los drones comenzaron a ser empleados también para fines agrícolas, llevando fertilizante a los cultivos de manera automática.
Hoy, sin embargo, otras industrias y actividades, además del campo y los envíos, podrían ser transformadas por el uso de drones. Para el periodismo, por ejemplo, esta tecnología abre un sinfin de posibilidades: las mejores fotos y videos de las manifestaciones políticas que comenzaron el mes pasado en Ucrania fueron tomadas por un pequeño helicóptero teledirigido. Pronto los helicópteros tripulados sobrevolando estadios y manifestaciones podrían ser obsoletos.
Otra de las industrias que podrían ser alteradas es el turismo. Existen hoy grupos de personas cuyo pasatiempo es viajar y, a través de drones a control remoto, vislumbrar las ciudades desde los cielos. Asimismo, los drones podrían ser utilizados como guías. En el Instituto Tecnológico de Massachusetts se ha hecho ya el experimento de guiar a un estudiante prospecto por el campus a través de un pequeño y amigable dron.
Una discusión que habremos de tener es cómo regular el uso de estos vehículos. Existen ya en los Estados Unidos algunas demandas legales de personas que consideran que los drones han trasgredido el espacio privado, como también se está debatiendo si el uso de drones debería ser exclusivamente militar.
En México, los drones pueden ser una pieza clave para el desarrollo. En el ámbito público se podrían utilizar con fines de seguridad, para entrar a zonas que hoy son “tierra de nadie”. En lo social, podrían ser un vehículo para llevar determinados objetos, desde medicinas hasta libros de texto, a poblaciones remotas.
Desde la perspectiva de la oferta, no podemos perder de vista el rol de México. La mancuerna manufacturera entre San Diego y Tijuana, donde el primero tiene a la industria militar y el segundo la experiencia maquiladora, ya están volviendo de esta región el production hub de muchos de los drones en uso hoy.
Las aplicaciones que se nos han ocurrido para esta tecnología y los debates que han surgido son sólo la punta del iceberg. El uso de drones podría ser uno de los grandes factores de disrupción en la competencia entre empresas y los servicios que éstas le ofrecen a los consumidores. Mucha de la tecnología de drones se está horneando en territorio nacional; sería absurdo ignorar el tema.
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