Educación: competencia olvidada

Telecomunicaciones

Para la economía no hay buenas noticias en el corto plazo. La mayoría de los indicadores no dan pie para el optimismo. Sin embargo, sabemos que las crisis no duran para siempre. Tarde o temprano la actividad económica mundial dejará atrás el escenario de emergencia y regresará a la normalidad. En nuestro caso, la normalidad significará retomar un ritmo de crecimiento decepcionante. La causa: hemos fallado en construir los fundamentos para ser competitivos.

Mucho se habla de cómo la falta de competencia en los sectores financiero, telecomunicaciones y energía (entre otros) afecta la competitividad del país, pues impone precios altos y servicios de baja calidad. No obstante, hay poca atención para un sector al que también aplican esos conceptos: el educativo.

Una población bien preparada es un motor para la competitividad y el crecimiento económico. En México, pese a que el gasto del gobierno ha aumentado considerablemente, la calidad educativa sigue siendo deficiente. Los cupones educativos son una alternativa para mejorar la calidad de la educación vía la competencia.

Los cupones educativos son recursos que el gobierno da directamente a las familias para la educación de sus hijos. Su funcionamiento es simple: los padres de familia reciben del gobierno un cupón educativo por un monto específico, el cual entregan a la escuela en la cual deciden inscribir a su hijo –ya sea pública o privada.

En la actualidad, el presupuesto de las escuelas públicas no depende de si hacen bien o mal su trabajo. No hay consecuencias de peso por atraer o ahuyentar alumnos y, por lo tanto, los incentivos para mejorar son limitados.

Con los cupones educativos, los estudiantes y sus familias tienen un abanico de opciones más amplio. Además, su voz gana influencia. Las escuelas se ven motivadas a mejorar su calidad y rendición de cuentas cuando los recursos que reciben dependen de las decisiones de los estudiantes y sus familias. Países latinoamericanos, como Chile y Colombia, ya han implementado programas de cupones educativos con resultados positivos.

Recientemente, CIDAC realizó una encuesta en la cual indaga si la población mexicana estaría de acuerdo o en desacuerdo con un programa de cupones educativos. El resultado: una clara mayoría ve con buenos ojos la idea.

El 77% de la población a nivel nacional y el 57% de la del Distrito Federal está de acuerdo con que “la SEP otorgue directamente recursos a los padres de familia a través de un cupón educativo que podría utilizarse para inscribir a sus hijos en una escuela pública o para pagar la colegiatura de una escuela privada”. La encuesta muestra también la presencia de muy bajos niveles de desacuerdo hacia la iniciativa (6% a nivel nacional y 10% en el D.F.).

Mejorar la calidad de la educación que reciben los mexicanos es un imperativo ético y un mecanismo fundamental para aumentar la competitividad del país y el ingreso de la población. Los cupones educativos son una alternativa que vale la pena incorporar al debate sobre la calidad educativa. Si no trabajamos desde ahora en aumentar nuestra capacidad para crecer en serio, cuando la crisis termine seguirá habiendo pocas razones para el optimismo.

La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org

Comentarios