La candidatura de Patricia Mercado puede convertirse en un factor clave para la elección presidencial de 2006. A 60 días de los comicios, las encuestas reflejan claramente que López Obrador ha bajado y Calderón ha subido. La contienda por supuesto no está definida, pero sí debemos proyectar que estaremos ante una elección muy cerrada, entre dos opciones políticas muy claras: una de derecha y otra de izquierda.
En estas condiciones, los pequeños porcentajes se vuelven definitivos para ganar o perder. Resulta relevante leer con mayor cuidado las otras variables que pueden marcar la diferencia: el abstencionismo, los indecisos, las segundas opciones de voto y las preferencias por los candidatos de los partidos pequeños.
Patricia Mercado, del Partido Alternativa, una organización de izquierda, aparece en varias encuestas de abril con porcentajes importantes para el análisis: Reforma 2.6%, El Universal 2% y Milenio 3%.
Estos números la acercan al escenario de conservar el registro de su partido, pero, ¿a quién le está quitando sufragios? Es altamente probable que un segmento de los votantes de izquierda, que se han inconformado o desencantado de López Obrador, no se trasladen de manera automática a Felipe Calderón y estén buscando otro tipo de opciones, igualmente de izquierda.
Mercado fue la otra ganadora del debate del 25 de abril, pero el incremento de Alternativa es anterior a esa fecha. El alza de Mercado se inicia de manera simultánea al momento de la baja de López Obrador. Salvo la caída de éste, ningún otro hecho relevante para el análisis explica el ascenso de Patricia. No hay un relanzamiento de su campaña, no hay una nueva estrategia de su partido, no aparece una nueva pauta en televisión y radio, tampoco hay un gran momento mediático ni está inmersa en ninguna polémica relevante. A primera vista, al parecer ella está siendo receptora de parte de los votos de izquierda que está perdiendo AMLO.
Esto coloca a Patricia Mercado en un momento de gran fuerza negociadora, pero también ante un dilema ético y político complejo.
Por un lado, está ante la posibilidad de alcanzar el registro de su partido. Debemos recordarl es la tercera vez que lo intenta, la primera fue con el Partido Democracia Social, la segunda, con el México Posible y ahora con el Alternativa Socialdemócrata y Campesina.
Es mucho lo que ese equipo ha luchado por obtener el registro de un instituto político, en un contexto en el cual los tres grandes prácticamente han cerrado las opciones para la participación de nuevos jugadores en el sistema de partidos. Patricia Mercado y Alberto Begné han vencido conflictos muy graves, promovidos por actores poderosos, interesados en que desaparezca esa opción de izquierda seria. A pesar de las dificultades, han mantenido a flote el partido, en campaña, venciendo la división y una larga serie de penurias financieras, legales y procesales.
Pero, por otro lado, está el tema de la unidad para hacer posible el triunfo de la izquierda en México. El hecho de que el porcentaje de Mercado sea la diferencia entre el triunfo o no de López Obrador y, para lograrlo, sea necesario, en algún momento, el apoyo de Mercado a la candidatura de AMLO, sacrificando con ello la posibilidad, incierta, pero probable, del registro de Alternativa. Estamos ante el viejo debate de la izquierda dividida que no llega al poder.
Para Patricia, apoyar a López Obrador puede significar un gran sacrificio personal y político, mas también, la oportunidad de que la agenda política y programática de Alternativa sea parte de una agenda real de gobierno con viabilidad y posibilidades de realización.
El dilema ético y político que se le presenta a ese nuevo partido es muy interesante. Pero el tema resulta de especial relevancia para el PRD, pues debe leer y entender que el porcentaje de Alternativa, su competencia directa, puede representar, al final, la diferencia requerida para ganar.
Veremos cómo se comporta la izquierda. En momentos de crisis como éste, se pone a prueba la izquierda en una democracia.
Si la izquierda quiere ganar de verdad la Presidencia, debe dejar atrás los sectarismos del pasado y aprender muy rápidamente a construir alianzas políticas y sociales basadas en la tolerancia, la inclusión y la negociación.
Si prevalecen la soberbia y la autosuficiencia, el resultado puede ser la derrota y la oposición.
Patricia Mercado es la cuarta mujer que busca la Presidencia. La primera fue Rosario Ibarra, la segunda Marcela Lombardo y la tercera Cecilia Soto. México no tardará mucho en ver a una mujer llegar a la Presidencia y, aun cuando las posibilidades reales de triunfo de Mercado en esta elección son pocas, está claro que logró crear un momento político, en el cual tiene muchas posibilidades de influir, de manera definitiva, en el resultado de la elección por la Presidencia. No es poco.
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