El periódico del futuro

Migración

La muerte del periódico impreso ha sido anunciada una y otra vez. A partir del surgimiento de los medios electrónicos, analistas, empresarios y líderes de opinión han “previsto” la desaparición de los diarios tradicionales. Desde su óptica, la gente preferirá leer las noticias y a sus columnistas favoritos desde una pantalla, teniendo acceso a más y mejor información, mientras que los diarios, abrumados por su ineficiencia operativa y la administración de un caudal informativo cada vez mayor, no tendrán más remedio que abandonar el papel y emigrar al mundo en línea.

Ojalá fuera así de sencillo. La realidad se antoja más complicada, pues aunque hemos dado -y continuaremos dando- un vuelco hacia la procuración de bienes y servicios de manera electrónica, la gente continúa comprando periódicos, leyendo libros y yendo al cine.

Parece, pues, que los medios electrónicos no han reemplazado a sus antecesores tecnológicos, sino que los han complementado, obligando a las empresas a encontrar equilibrios entre ambas versiones de sus productos. Se trata de una coexistencia bajo reglas nuevas. De ahí que las versiones impresas de los diarios no vayan a desaparecer pronto, aunque su administración sí sufrirá cambios al son de las crecientes expectativas de los lectores, de una acentuada competencia y de la naturaleza muy particular de una industria editorial híbrida: mitad en papel, mitad en internet.

A continuación, algunos de los más importantes retos que enfrenta la industria periodística.

1.- Innovación en el periodismo impreso. Porque los diarios como hoy los conocemos han existido durante siglos, difícilmente asociamos “innovación” con “periódicos”. Sin embargo, sólo los periódicos que renueven continuamente su modelo operativo permanecerán rentables. Semejante innovación englobará desde temas de diseño gráfico y diagramación hasta una logística más expedita.

2.- Acortando el tiempo. El periódico que no logre tener un sitio en internet y ser un generador constante de contenido quedará fuera de la jugada. Mientras que en las versiones impresas hay que esperar el periódico por la mañana, vía internet podemos recibir nuevas noticias al instante. En este sentido, los periódicos en sus versiones electrónicas se parecen al radio y a la televisión.

3.- Más cerca del consumidor. Ser el último eslabón en la cadena de producción les permite a las empresas entender las necesidades, quejas y sugerencias de los clientes. Esta es una ventaja que poseen los periódicos con un sistema de distribución propio, lo cual es doblemente cierto en lo referente a sitios de internet, pues el monitoreo de los usuarios permite saber cuáles son las noticias más populares, la hora en que fueron leídas, los países de origen de los lectores y otros patrones de “navegación” de estos últimos. La interpretación de esta información trae consigo oportunidades muy valiosas para los medios electrónicos.

4.- La democratización de los medios. Internet permite que los lectores no sólo reciban información, sino expresen sus preferencias y se involucren en la creación de contenido periodístico. Por ejemplo, poder identificar cuáles noticias se leen más que otras, les permite a los medios colocar las notas más populares en primera plana. Por otra parte, cada vez más lectores buscan participar en blogs o foros de discusión. En Corea se ha dado el caso más exitoso de periodismo “ciudadano”: los artículos de Ohmy News son escritos por los propios lectores, quienes también votan por los mejores artículos y de esta manera definen la compensación económica del autor. Lo relevante es que los medios tienen el reto de involucrar a los lectores, muchos de los cuales están ávidos de compartir sus opiniones.

5.- Cada persona poseerá su propio periódico. Así como hace 50 años hubiera sido difícil imaginar en un diario una sección para niños o para personas que buscan un destino turístico, en poco tiempo podremos acceder al sitio en línea de un diario y encontrar ahí nuestra “primera plana” personalizada. La personalización de contenido es ya una práctica común en varios sitios, desde tiendas en línea como Amazon o interfaces de búsqueda como Google.

6.- Más allá de cobrar o no cobrar: ¿A quién cobrarle? Porque cuesta lo mismo generar el contenido para un consumidor que para un millón, existe la tendencia a reducir agresivamente el costo de la información a cambio de ganar un mayor número de lectores. Muchas empresas se han ido al extremo de proveer todo su contenido de manera gratuita, apostando a ingresos en publicidad derivados de un elevado “tráfico” en su sitio. No obstante, regalar información es una apuesta de largo plazo, ya que el gasto empresarial en publicidad en Internet aún no es tan popular. Ante este escenario, los periódicos en todo el mundo han tenido que decidir cuál contenido cobrar y cuál no. La práctica de hacer público el contenido de los diarios ha llegado incluso a medios impresos, como es el caso del diario Publimetro, que se reparte gratuitamente en la Ciudad de México.

Estas reflexiones son especialmente pertinentes para el periodismo mexicano. Desde el Nuevo Excélsior y Diario Monitor hasta El Semanario y Publimetro, el número de publicaciones en el País ha incrementado en últimos años. Sin embargo, la innovación en el sector no ha crecido proporcionalmente. Sin menoscabo de algunos casos admirables, el esfuerzo colectivo por expandir el mercado no ha sido suficiente. Las publicaciones que no logren innovar y mantenerse en la vanguardia llevarán la advertencia inicial un paso más allá: desaparecerán por completo.

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