La industria farmacéutica, una de las más rentables de las últimas décadas, está viviendo una transformación radical a nivel mundial. La principal razón: el vencimiento de patentes clave.
Se conocen como blockbusters a aquellos medicamentos cuyos ingresos anuales superan los mil millones de dólares. Son medicamentos que lograron pasar muchas pruebas para posicionarse como referencia obligada en el tratamiento de enfermedades o síntomas que afectan a amplios sectores de la población: depresión, alto colesterol, hipertensión, etc.
El vencimiento de las patentes detrás de estos medicamentos está causando cambios profundos. Hace algunos años se calculó que aproximadamente una tercera parte del valor de la industria provenía de los blockbusters (Fuente: URCH Publishing). Así, podemos plantear algunas hipótesis sobre lo que pasará en algunos años.
Uno de los cambios es que el consumidor tendrá más opciones pero también deberá invertir más tiempo en entender las ventajas y desventajas de cada opción. Mientras que antes, por un lado, estaban los medicamentos protegidos por una patente que eran fabricados por el laboratorio que los desarrolló y, por el otro, existían los genéricos y los similares, en el futuro las empresas tratarán de crear nuevas categorías.
La marca Medley de Sanofi, por ejemplo, les llama “accesibles” a sus nuevos medicamentos. Lo que intentan es mostrar que, a través de su producto, se puede tener lo mejor de los dos mundos: calidad (en la eficacia, absorción, fechas de caducidad, procesos de certificación, etc.) pero a un precio bajo.
Algo que también sucederá es que, en la medida en que existan más genéricos, los precios de éstos tenderán a subir. Es decir, si antes los genéricos costaban el 20 por ciento de su opción con patente, hoy éstos están costando un 70 u 80 por ciento de su opción patentada, es decir, son más caros. Los bajos precios probablemente dejen de ser un diferenciador que caracterice a los genéricos.
Otro cambio es que la nueva generación de patentes atenderá problemas de salud más específicos. Esta es una buena noticia para quienes tienen enfermedades que aquejan sólo a unos cuantos.
En el marco de estas nuevas tendencias, las empresas existentes tendrán que volverse más eficientes en el proceso de invención e innovación. Tendrán que trabajar de la mano con universidades e inclusive evaluar mejor entre comprar empresas chicas que tengan una trayectoria importante en investigación, o bien, generar la investigación en casa.
En todos los cambios de esta magnitud se abren cientos de oportunidades para nuevos jugadores. Más cuando la población también está cambiando: hay una mayor esperanza de vida pero también una población que enfrenta retos importantes como la obesidad. No sorprende entonces que quizás estemos por conocer, aún, a los líderes de la industria farmacéutica del futuro.
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