En CIDAC, durante los últimos años, hemos enfocado buena parte de
nuestros esfuerzos a estudiar el fenómeno de la (in)seguridad en México.
Durante tal proceso, la estadística ha sido una herramienta fundamental
para mostrar, a través de ciertos indicadores clave, la evolución de la
incidencia delictiva en el tiempo y el desempeño institucional ante tal
coyuntura. La idea detrás de presentar cifras, gráficos, mapas, u otras
herramientas visuales siempre ha sido que mientras más se conoce el
problema más cerca se está de resolverlo. Sin embargo, en esa tarea de
comunicar de la manera más clara posible lo que sucedía en el país en
materia de seguridad pasamos por alto un hecho fundamental: la gran
mayoría de los ciudadanos interesados en el tema no son abogados ni
economistas. Tampoco son criminólogos, sociólogos o politólogos. Ni
tendrían por qué serlo para tener una opinión fundada y crítica sobre un
problema que incide, día a día, en más de un aspecto de su vida
cotidiana. Más aún, en CIDAC creemos que las mejores respuestas son
producto de la sinergia de diversas disciplinas, de puntos de vista que,
aunque encontrados, logran un punto de coincidencia. No obstante, para
que ello suceda, para fortalecer el diálogo y propiciar nuevas
soluciones, es necesario asegurarnos de hablar en los mismos términos.
De eso se tratan estos conceptos. De entender, cuestionar, hablar,
discutir y, finalmente, acabar con la inseguridad, con seguridad.
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