La Capital

Administración Federal

Los mexicas que fundaron la Ciudad de México en 1325 jamás hubieran podido imaginar cómo se vería ésta 688 años después. La ciudad tiene un aeropuerto, embajadas y una Bolsa de Valores. Las personas se trasportan en bicicletas, automóviles, camiones, metro y hasta helicópteros. En ella viven políticos, atletas, artistas y el hombre más rico del mundo. Hay zonas con Internet inalámbrico y personas paseando a sus mascotas.
Pero aunque la Ciudad por siglos ha sido capital económica, política y cultural, apenas en 1997 los capitalinos elegimos al jefe de gobierno y hoy se sigue debatiendo cuál debe ser el origen de sus recursos, los impuestos que se deben cobrar, la deuda, y su relación con la Federación.
Por ejemplo, las reformas hacendarias de 2008 cambiaron la forma en la que se distribuyen las participaciones federales. En la nueva fórmula de distribución se toma en cuenta el número de personas que viven en la capital. Y, dado que los datos del censo muestran y pronostican que el DF cada vez albergará a un menor porcentaje de la población del país (debido a un menor número de hijos y a personas buscando vivienda más barata en estados vecinos), el gobierno de la ciudad ha recibido menos recursos de la Federación. Entre 2008 y 2011 se dejaron de percibir 7.3 mil millones de pesos.
Aunado a lo anterior, el DF se ha visto afectado por la eliminación de la tenencia. Sobretodo porque la capital era la entidad con mayor recaudación de este impuesto (otros 6 mil millones de pesos menos).
Si bien estos cambios han disminuido los ingresos de la capital, ésta sigue teniendo que incurrir en gastos fijos al ser sede de embajadas, inmuebles de la Administración Pública Federal, sede de entidades paraestatales, organismos descentralizados, comités ejecutivos nacionales de los partidos políticos y el aeropuerto internacional, entre otros. Se calcula que el costo de la “capitalidad”, por sí misma, asciende a 14 mil millones de pesos anuales. Adicionalmente la capital recibe a millones de personas todos los días. Personas que, al venir diario a trabajar, utilizan todos los servicios públicos: desde un metro subsidiado hasta banquetas y policías.
La adversidad financiera creó incentivos para que el DF se volviera eficiente y eficaz en la recaudación, algo que ya quisiéramos ver en los estados. Por ejemplo, la capital tiene una red impresionante de lugares para pagar impuestos y atender a los contribuyentes, y entre 2009 y 2011 la recaudación del impuesto predial aumentó en más de 27 por ciento. Un logro extraordinario de la Secretaría de Finanzas en tiempos de Marcelo Ebrard.
En el futuro, el debate sobre las finanzas de la ciudad y su relación con la federación continuará. ¿Cómo hacerle para lograr que más personas paguen impuestos? ¿Qué tipo de relación debe la ciudad tener con la federación? ¿Deberá existir una aportación especial por ser la capital? Y ¿cómo tener un sistema federal que premie a los gobiernos responsables?
¿Vives en la capital? Cómo te gustaría que ésta fuera. ¿No vives en ella? Qué tipo de capital te gustaría que tuviera tu país. El éxito o fracaso del Distrito Federal nos incumbe a todos.

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