La Era de los Nuncas

Medio Ambiente

México está sufriendo uno de los peores desastres naturales en su historia reciente. Pero lo peor no es eso: lo peor es que lo impredecible de fenómenos como el que acabamos de ver llegó para quedarse. En efecto, en términos de inundaciones y sequías, la era de los “nuncas” se acabó.
¿Qué significa esta nueva etapa para el sector productivo del país?
Así como los habitantes más perjudicados por el clima son los que menos recursos tienen, lo mismo ocurre con las empresas. Son las más chicas las que tienen menos capacidad para recuperarse de los desastres. Hoy sabemos, por ejemplo, que tras el paso de Ingrid y Manuel, tan sólo en Acapulco hay alrededor de 3 mil negocios afectados, la mayoría de ellos pequeños. A diferencia de las empresas grandes, los negocios chicos tienen sus activos en un solo lugar, no gozan de acceso a cadenas productivas, y todos sus clientes se ven afectados al mismo tiempo. En Nueva Orleans, a causa de Katrina, se estima que el 25 por ciento de los negocios, sobretodo las empresas pequeñas, nunca volvieron a abrir.
Con respecto a Manhattan, sólo Hollywood hubiera podido imaginar que la capital financiera del mundo podría pasar días sin luz y metro. El huracán Sandy pasó por Nueva York a finales de octubre del año pasado, y hacia finales de ese año se calculaba que 10 mil trabajos se habían perdido y que por lo menos dos mil negocios pequeños habían cerrado o no estaban funcionando aún a su máxima capacidad.
Las empresas grandes, aunque tienen más recursos para sobrevivir, también se ven afectadas. En Tailandia, donde se calcula que las pérdidas a causa de las inundaciones el año pasado ascendieron a 1.5 por ciento del PIB del país, el cierre de la planta de Honda en las afueras de Bangkok redujo en 50 por ciento las utilidades del trimestre de aquella empresa. Los efectos se sintieron en todo el mercado de autopartes de Asia, Norteamérica y Europa.
Hoy sabemos que la combinación del cambio climático con una población creciente seguirá propiciando este tipo de desastres. ¿Qué se puede hacer desde el sector productivo?
Miles de empresas grandes ya están previendo en su contabilidad costos asociados a fenómenos climatológicos. También hay algunas que están buscando formas de asegurarse contra estos acontecimientos. Sin embargo, esto ya no será suficiente. Hay que ir un paso más allá.
Las empresas en México tendrán que empezar a poner el tema del agua en el centro de sus estrategias de largo plazo. Esto va, desde estudiar mucho mejor dónde se ubican y ver qué soluciones creativas pueden proponer, hasta abogar por una mayor transparencia y rendición de cuentas en las obras de infraestructura del gobierno.
El sector de infraestructura, de gran importancia para este gobierno, está plagado por casos de corrupción y costos sociales asociados a la mala gestión gubernamental. Deslaves en la “Autopista del Sol”, por ejemplo, hay siempre; la carretera está en reparación permanente. ¿Cómo responsabilizamos a quienes llevan a cabo un proyecto deficiente? Lo mismo aplica para la construcción de presas o la emisión de permisos de construcción.
Hasta el día de hoy hemos visto que el gobierno federal ha reaccionado velozmente y tanto sociedad como empresas están auxiliando a la población damnificada. No obstante, es hora de que además de pensar en prevención pensemos en presionar para tener gobiernos mas eficaces. Esta administración quiere gastar y construir. Hay una oportunidad para poner el tema en el centro de la mesa. La falta de calidad y planeación en toda nueva infraestructura comenzará a pagarse, como nunca antes, con utilidades.

La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org

Comentarios