Repensando la inversión en México

Competencia y Regulación

Al haber terminado las campañas electorales, los partidos victoriosos (o los independientes) tendrán que afrontar nuevos retos al llegar a gobernar los lugares que los eligieron. Atrás habrán quedado las promesas y ahora su labor deberá concentrarse en cumplirlas.

Uno de los principales retos que tienen enfrente es lograr que México pueda crecer de manera más acelerada. La economía mexicana ha tenido un desempeño por demás mediocre con un crecimiento de 1.4% en 2013 y luego de 2.1% en 2014.[1] Ya se ha revisado a la baja el pronóstico de crecimiento de este año para estar estimado alrededor del 2.5% (con un rango entre 2% y 3.2% según a qué institución se le pregunte) lo cual sería nuevamente insuficiente para generar el número de empleos que el país necesita.[2] Parte de atacar el problema del bajo crecimiento económico estriba en analizar por qué la inversión tiene un efecto mucho menor en el crecimiento del PIB del que podría. Y es que aunque las inversiones han llegado en los últimos quince años, la economía ha crecido poco. Dado que la estrategia principal de crecimiento económico del actual Gobierno Federal se ha centrado casi exclusivamente en la atracción de inversiones (como consecuencia de las reformas), es pertinente repensar si esta es la mejor estrategia y de ser así, cómo se puede maximizar su impacto.

Gráfica 1. Inversión Extranjera Directa y Crecimiento Económico en México

Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI.

En México se ha confundido la atracción de inversiones con la generación de riqueza. Cada que una armadora de coches decide establecerse en nuestro país se trata como un acto celebratorio. Los políticos lo presumen, los medios lo divulgan como noticia de ocho columnas en la sección de finanzas y muchas personas se alegran de poder hacer negocio asociándose con dicha trasnacional. Indudablemente la inversión automotriz es una de las que más empleos (directos e indirectos) genera, además de significar una entrada muy importante de divisas para el país al representar más del 50% de la IED manufacturera del país (al primer trimestre de 2015).[3] Sin embargo, aunque se instalaran plantas de coches o camiones en cada entidad federativa no por ello estaría garantizado la mejora del bienestar de los habitantes de ese estado.

El estado que más ha crecido en los últimos quince años es Baja California Sur (en promedio 6.5% anualmente) pero es el décimo estado que más ha acumulado IED en el mismo periodo (el 99% de ella en el sector servicios).[4] De la misma forma, aunque el Distrito Federal es la entidad federativa que más ha acumulado IED entre el 2000 y 2014 (6.4 veces más que el segundo lugar que es Nuevo León), en términos de crecimiento económico es el lugar 20. Para poder maximizar el bienestar social derivado de la atracción de inversiones se debe mejorar las condiciones de competitividad de las regiones, diversificar la fuentes de inversión y concentrar los esfuerzos de atracción en las industrias de mayor valor agregado.

Existe una amplia bibliografía económica la cual indica que hay poca evidencia que sostenga que la inversión extranjera directa (IED) genera un mayor crecimiento de la economía por si sola. La inversión extranjera directa está asociada a la apertura de los mercados, al libre comercio y esto tiene una correlación positiva con el crecimiento económico. No obstante, se ha encontrado en múltiples estudios que para que la IED tenga un impacto positivo en el crecimiento económico, es necesario que se cumplan paralelamente un conjunto de condiciones que permitan aprovechar la transferencia tecnológica que viene acompañada de la llegada de empresas extranjeras. Altos niveles de capital humano, estabilidad macroeconómica, desarrollo de los mercados financieros y mercados internos sólidos son algunas de las condiciones que se han encontrado que pueden maximizar el impacto que la IED tiene sobre la economía de un país. Si no existen estas condiciones es muy complicado pensar que solamente por atraer más inversiones la economía mexicana crecerá más rápido.

Uno de los principales problemas de la apuesta del crecimiento basada únicamente en la atracción de inversiones es que las empresas que llegan a establecerse en un país eligen las regiones más competitivas para hacerlo. Normalmente, esto conlleva que las regiones donde no hubo inversiones se atrasen más que sus pares receptores de la inversión. Como se ha expuesto en la bibliografía económica, este rezago está relacionado más al tipo de sectores económicos al interior de las entidades –la poca competitividad de dichas industrias –más que al efecto de la inversión venidera. Por tal motivo, la propuesta de la Secretaría de Hacienda de crear unas zonas económicas especiales en los estados del sur busca flexibilizar las condiciones de inversión en esas entidades con miras a que más empresas de alto valor agregado instalen plantas ahí. No obstante, el resto de las políticas públicas impulsadas deben ser congruentes con esta estrategia o de poco servirá la iniciativa de las zonas económicas.

La aceleración del crecimiento de México pasa por incrementar la productividad total de los factores. Un elemento central del incremento de la productividad es el cambio tecnológico y la innovación. Las mejores tecnológicas resultado de la innovación permiten producir la misma cantidad al mismo costo o inclusive reduciendo tanto el costo como el tiempo de los procesos. Conforme se pueda hacer más con menos, el país estará haciéndolo mejor. Sin embargo, el desarrollo tecnológico no es ni inmediato, ni barato. En muchas ocasiones requiere financiamiento público y estrategias definidas de apoyo para poder echar a andar el cambio. Con este objetivo en mente, se formó el Comité Nacional de Productividad.

Recientemente este comité –que está conformado por gobierno, empresarios, organizaciones de obreros y algunos académicos– anunció que se diseñarían estrategias sectoriales para elevar la productividad de ocho sectores “estratégicos” para el país. Autopartes, agroindustria, proveeduría aeroespacial, eléctrico-electrónico, comercio al menudeo, turismo, gastronómico y energético fueron los seleccionados. Los primeros cuatro por tener altos niveles de productividad, los siguientes tres por aglutinar un gran porcentaje de la población económicamente activa (PEA) y el energético por ser uno con potencial de crecimiento importante a raíz de la Reforma Energética. Aunque el esfuerzo del gobierno puede ser bienintencionado, este pudiera tener poco éxito en incrementar el crecimiento económico ya que varios de esos sectores no son altamente productivos per se.

Un rápido cálculo de la productividad por trabajador de las industrias manufactureras –uno de los pocos sectores para los cuales el INEGI desglosa información estatal de manera mensual –revela que además de los cuatro sectores altamente productivos seleccionados se podría considerar la fabricación de insumos textiles, la fabricación de maquinaria y equipo y la fabricación de muebles. Estas industrias manufactureras, en conjunto con la industria de las bebidas y el tabaco y la industria alimentaria, tienen un pronóstico de crecimiento de la productividad por trabajador en los próximos cinco años mayor al promedio de todo el sector manufacturero (26%).[5] Coincidentemente la fabricación de muebles así como la fabricación de equipo de transporte (automotriz y aeroespacial), la fabricación de equipo eléctrico la fabricación de computadoras y electrónicos son cuatro de las ocho industrias más proclives a recibir inversión repatriada desde China durante esta década.[6] Poner más atención sobre qué estados son los que fabrican estos bienes –y que características institucionales tienen –podría dar luz al gobierno sobre cómo auxiliar a los estados más desventajados a incrementar su crecimiento económico.

Tabla 1. Pronóstico de crecimiento de la productividad por trabajador para industrias manufactureras (crecimiento a cinco años)

Industria Crecimiento Agregado (a 5 años)
Bebidas y Tabaco 59%
Alimentaria 55%
Demás Subsectores 52%
Fabricación de Insumos Textiles 40%
Fabricación de Maquinaria y Equipo 32%
Muebles 27%
Total Industria Manufacturera 26%
Impresión e Industrias Conexas 24%
Maderera 24%
Fabricación de Productos a Base de Minerales No Metálicos 22%
Curtido y acabado de cuero y piel 20%
Fabricación de Productos Textiles 19%
Plásticos y Hule 19%
Otras Industrias Manufactureras 18%
Papel 17%
Fabricación de Equipo de Cómputo 17%
Fabricación de Productos Metálicos 16%
Fabricación de Equipos de Transporte 13%
Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón 11%
Fabricación de Prendas de Vestir 10%
Industrias metálicas básicas 7%
Química -4%
Fabricación de accesorios y aparatos electrónicos -8%

Fuente: Elaborado por CIDAC con base en datos del INEGI.

El crecimiento económico no se puede generar por decreto y requiere de un conjunto de políticas públicas armonizadas que permitan multiplicar el beneficio derivado de la atracción de inversiones. Hasta la fecha el gobierno ha puesto mucho empeño en hacer cambios legislativos que permitan la apertura de varios sectores con miras a atraer inversiones, pero ha hecho muy poco por generar condiciones de competitividad al interior que permita exprimirle todo el jugo a las inversiones. Con políticas fiscales hostiles al desarrollo empresarial, tramitología excesiva tendiente a la corrupción en muchos lugares, cuestionables mejoras en la seguridad y un sistema educativo desconectado de la enseñanza de habilidades útiles para el mercado laboral, es complicado que las mayores inversiones vayan a traducirse en un mayor crecimiento económico. Mientras no se corrijan estos problemas, el país seguirá persiguiendo las inversiones ilusionado en el crecimiento económico sin lograr desarrollar el mercado interno que permita detonarlo.

 

Bibliografía:

Alfaro, Laura, Areendam Chanda, Sebnem Kalemli-Ozcan y Selin Sayek, How does foreign direct investment promote economic growth?, NBER Working Paper No. 12522, Septiembre 2006

Bengoa, Marta y Blanca Sánchez-Robles, “Foreign direct investment, economic freedom and growth: new evidence from Latin America” en European Journal of Political Economy, vol. 19, pp. 529 – 545, 2003.

Carkovic, Maria y Ross Levine, Does Foreign Direct Investment Accelerate Economic Growth?,Universidad de Minnesota, Mayo 2002.

Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C., Reshoring México 2014. Índice de Capacidad de Atracción de Inversión Manufacturera. México D.F., 2014.

Durang, Cédric, “Externalities from foreign direct investment in the Mexican retailing sector” enCambridge Journal of Economics, vol. 31, pp. 393 – 411, 2 Febrero de 2007.

 

[1] Banco de Información Económica del INEGI.

[2] Fuente: Banco de México tiene una estimación de 2% a 3% y la Secretaría de Hacienda contempla el crecimiento dentro de un rango de 2.2% a 3.2%.

[3] Banco de Información Económica del INEGI.

[4] Banco de Información Económica del INEGI.

[5] Fuente: Cálculos propios a partir de un modelo ARIMA que utiliza series de tiempo de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera del INEGI de valor de la producción y personal ocupado total por industria.

[6] El resto de las industrias más proclives a reubicarse desde China hacia nuestro país son la de electrodomésticos, de plásticos y hule, metalmecánicos y de equipo médico. Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C., Reshoring México 2014. Índice de Capacidad de Atracción de Inversión Manufacturera. México D.F., 2014.

Este artículo se publicó previamente en Animal Político.

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