En el contexto de una de las más crisis graves de seguridad en el país por el escalamiento de la violencia y la corrupción al interior de las corporaciones policiacas, se han generado dos interesantes debates. Uno de ellos, gira en torno a la propuesta del senador Santiago Creel de crear el Ministerio del Interior y dejar a la Secretaría de Gobernación únicamente las funciones de carácter político. Si bien el mensajero parece auto exculparse con la iniciativa, el debate es fundamental cuando se reconoce que la deficiencia de la estructura institucional de la Segob ha mermado su capacidad operativa, de coordinación y negociación. Un Ministerio del Interior permitiría a esa secretaría recuperar parte del poder perdido a partir de los noventa y recuperar los instrumentos para cumplir eficientemente con la labor de coordinar a las instancias de seguridad pública y mantener la estabilidad política del país. El otro debate se ha dado en torno a la necesidad de blindar las campañas electorales del 2009 contra la injerencia del narcotráfico. Este es un tema primordial al que se han sumado los partidos políticos con el afán de rastrear el dinero ilícito del narcotráfico en el financiamiento de campañas electorales. La decisión es positiva porque implica el reconocimiento de que la corrupción y la infiltración del crimen organizado no están solamente en los cuerpos policiacos y de seguridad sino también en la esfera de la política.
La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org