Al inicio de esta semana intelectuales y especialistas muy reconocidos concluyeron la elaboración de una propuesta de Reforma energética para ser presentada al Senado por los partidos que conforman el Frente Amplio Progresista (FAP). La iniciativa, más restrictiva en el tema de inversión privada que la iniciativa priísta, contempla el fortalecimiento de PEMEX mediante un fondo creado con excedentes petroleros; ampliación de infraestructura de ductos y refinación; posibilidad de inversión privada en construcción y servicio a la infraestructura petrolera, pero no se admite el compartir o comprometer rentas petroleras con proveedores particulares. Además, se propone un Plan Nacional de Ahorro de Energía. Con esta iniciativa el FAP encauza sus ideas en el debate parlamentario institucionalizado. Esto fortalece el papel del PRI como fiel de la balanza, pero marca un horizonte de consenso y de enriquecimiento de la reforma. No obstante, algunos miembros del FAP como Manuel Camacho, Porfirio Muñoz Ledo han aderezado la propuesta legislativa con un discurso político de amenaza contra el Gobierno Federal.
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