Los foros sobre la reforma energética llevados a cabo en el Senado terminaron esta semana. En total, participaron 162 ponentes en 21 foros de discusión. De última hora, se sustituyeron los últimos dos, que serían espacio para el debate entre legisladores, por más ponencias entre especialistas. Más allá de la numeralia, vale la pena preguntarse: ¿Qué nos dejaron los foros?
* Por una parte, dieron pie a una amplia y pública discusión por especialistas sobre la problemática petrolera en México. En los sustantivo, PAN y PRD claman que lo ahí debatido reafirma la superioridad de sus respectivas visiones; aunque el único consenso observado es la necesidad de modernizar PEMEX. En lo político, los foros representaron una salida a la toma de la tribuna por el FAP y una ventana para que el cambio legislativo en un tema tan sensible no se diera en un ambiente de opacidad y prisa. Valdrá la pena dar seguimiento a cómo mecanismos de este tipo pueden contribuir a mejorar el desarrollo de iniciativas legislativas en el país.
* Sin embargo, la sociedad no necesariamente siguió con detalle el desarrollo de los foros (ver Cifras y Encuestas, en el “informado” D.F. 6 de cada 10 ciudadanos conoce poco o nada sobre la iniciativa de reforma presentada por el Ejecutivo). Además, estos foros no son una vacuna para evitar la repetición del escenario inicial: la toma de las tribunas del Congreso por parte del FAP. En este sentido, fue preocupante que el apoyo a la iniciativa petrolera de Calderón, aunque todavía mayoritario, cayera varios puntos en las semanas en que tuvo lugar el debate (según encuestas de GEA-ISA).
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