Después de obtener la aprobación de las reformas en materia hacendaria y penal, el Presidente no quería arriesgarse a un revés con la reforma energética. Sin embargo, AMLO logró posicionar el tema en el centro de la agenda y está obteniendo dividendos políticos. El Presidente trató de diferir el asunto al presentar el diagnóstico sobre PEMEX, pero la oposición ha exigido que se envíe una iniciativa. El escenario que quería evitar Felipe Calderón se está configurando: presentar una iniciativa que se empalmará con el proceso electoral federal rumbo a julio de 2009. El dilema presidencial es cómo minimizar sus pérdidas: mostrándose amedrentado, escudándose en su bancada, o tomando el desafío, presentando una iniciativa y tratando de trasladar al Congreso, particularmente al PRI, algo de la responsabilidad y los costos de construir o abandonar el consenso.
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