La plana mayor del gabinete y los Pinos hicieron maletas para acompañar a Calderón en su primer viaje como presidente en funciones a los Estados Unidos. Cercano al clímax de unas primarias que empezaron con un fuerte discurso anti-inmigrante, el timing de la visita resultó, no obstante, ser apropiado. No hay que olvidar que la presencia de por lo menos el 10% de la población mexicana en ese país crea realidades políticas que ningún gobernante mexicano puede ignorar. El Presidente ha comunicado su visión sobre el tema migratorio y la lucha contra el narcotráfico sin ser blanco de los ataques que muchos auguraban. El peso que el electorado hispano –y más en concreto el mexicano- ha tomado en este momento de las campañas estadounidenses parece haber ayudado a que la visita resultara más tersa de lo pronosticado.
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