El 6 de enero entró en vigor finalmente el llamado gasolinazo, que tendrá por segunda vez un impacto inflacionario. Tras su aprobación en septiembre pasado, el impuesto a las gasolinas le pegó a los precios al crear expectativas inflacionarias y a la popularidad del Presidente Calderón, cuya aprobación bajó seis puntos a pesar de postergar la entrada en vigor del impuesto. Ahora, además de su impacto real en los precios, de nuevo las expectativas negativas asociadas con el aumento pueden convertirse en presiones inflacionarias si el ambiente de nerviosismo no aminora. El tiempo apremia pues se aproximan momentos clave como las negociaciones salariales con los sindicatos.
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