Tras una reunión a puertas cerradas, Porfirio Muñoz Ledo fue nombrado el nuevo coordinador del Frente Amplio Progresista. El eterno Porfirio contó con el respaldo del PT y Convergencia para imponerse a la reticencia perredista hacia su persona, pero sobre todo recibió la bendición de López Obrador, el hombre fuerte del FAP. De esta decisión, se pueden leer dos mensajes con implicaciones relevantes: a) el endurecimiento de AMLO respecto a Ebrard y el PRD (pues va de lleno por la candidatura del 2012); y b) una definición ideológica de izquierda radical, lo cual va a causar una fuente adicional de fractura en el partido.
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