Si bien eclipsado por el desastre del sureste, el tema del narcotráfico sigue estando presente en la agenda nacional. La semana pasada en Manzanillo se dio un decomiso histórico de 23 toneladas de cocaína (presuntamente propiedad del cártel de Sinaloa) y en San Diego, California, Javier Arellano Félix, tras negociar con la fiscalía su declaración de culpabilidad de algunos cargos, recibió cadena perpetua, eludiendo así la pena capital que podría haber recibido en caso de ir a juicio. Son dos golpes muy significativos que pueden allanar un poco el terreno al cabildeo de quienes impulsan la aprobación legislativa del Plan Mérida para la cooperación binacional y apoyo para enfrentar al crimen organizado en materia de narcóticos.
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