Las nuevas designaciones en el gabinete del Gobierno del Distrito Federal (GDF) responden al arranque formal de la operación político electoral de Marcelo Ebrard, tanto por la candidatura a la Presidencia de la República del PRD, como para lograr que su grupo político conserve la Jefatura de Gobierno capitalina.
La salida de Mario Delgado de la Secretaria de Finanzas y su traslado a la Secretaría de Educación le permitiría contar con una agenda política más rentable: le ampliaría la posibilidad de tener contacto con el electorado, ejercer recursos con carga social y elevar su nivel de reconocimiento y opinión efectiva ante la ciudadanía. Si bien se había manejado la posibilidad de que Mario Delgado asumiera la Secretaría de Desarrollo Social, encabezada por Martí Batres, el grupo de López Obrador y Rene Bejarano se impuso y conservó la secretaría.
Lo anterior implica que una de las primeras disputas por el control político y de los recursos sociales del DF con potencial uso clientelar fue ganada por López Obrador. Los recursos destinados a subsidios y transferencias en la Ciudad de México, fuente de financiamiento de los programas sociales y educativos de la ciudad –que en la práctica pueden ser utilizados para el financiamiento de redes clientelares– representaron en el 2000 el 8.6% del total del gasto del GDF, en tanto que en el 2008 representaron el 26%, que en pesos y centavos significa poco más de 33.6 mil millones de pesos.
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