En los distintos cambios que el presidente Calderón realizó la última semana al interior de su gabinete se vislumbran dos hechos: el encierro de la Presidencia y la preocupación por la sucesión de 2012. La entrada de Blake Mora como relevo de Gómez Mont en la Secretaría de Gobernación, más que fortalecer el manejo de la política interna, privilegia –nuevamente– la cercanía al Presidente, ya que le permite mantener el control total de la toma de decisiones de la dependencia y orientarla a la resolución de lo que podría ser su mayor frente temático en 2012: la seguridad pública.
Por otro lado, si bien con los cambios en la Oficina de la Presidencia se soluciona una disputa interna, los objetivos van más allá de ponerle fin a una riña. La reincorporación de Ruiz Mateos en relevo de Patricia Flores, aunada a la salida de Cortazar de Comunicación Social, asegura que no habrá lógicas encontradas. La Presidencia se encierra en una sola visión, y también, en un solo candidato a apoyar rumbo a la sucesión.
Finalmente, en la lógica del encierro y la sucesión, la incorporación de Cortazar como responsable de la estrategia de comunicación del Comité Ejecutivo Nacional del PAN le aseguraría a la Presidencia la alineación estratégica de la comunicación del partido con la del Gobierno en busca de posicionar al candidato elegido. El Presidente le apuesta al 2012 con el equipo que lo llevó a ganar la elección de 2006 y con la estrategia que, en su momento, él mismo enfrentó para ganar la candidatura de su partido.
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