Antes y después

Derechos Humanos

“Antes de Elvis no había nada”, afirmó John Lennon en una entrevista sobre el rock and roll. Iguala promete ser algo similar para el gobierno del presidente Peña. Lo que fue, fue; ahora comienza la realidad. La pregunta es si el parteaguas servirá para construir un proyecto viable de largo plazo o si marcará el momento en que el gobierno fracasó, como le ocurrió a tantas otras administraciones en el pasado.

En nuestro contexto, matanzas como la de Ayotzinapa o Tlatlaya no son algo excepcional o impredecible. Todos sabemos que esas cosas ocurren y que seguirán ocurriendo en México y ese es el problema: en un país civilizado esas cosas no ocurren. El que sean “naturales” en nuestro país es lo que nos distingue y coloca al gobierno frente a un reto que, hasta ahora, había estado indispuesto a asumir. La pretensión de que la inseguridad y la violencia se resuelven negando su existencia o removiendo la información de los medios de comunicación resultó infructuosa y hasta contraproducente. Paradójicamente, a este gobierno le van a costar más estos eventos que al anterior porque aquél no tenía ningún empacho en reconocerlos, lo cual no implica que su estrategia hubiese sido más fructífera. Hay una total ausencia de estrategia de largo plazo que contemple la consolidación de un entorno institucional (policías, judicial, gobiernos) en el que esas cosas no ocurran o, cuando así fuese, se tratara de una verdadera excepción, como en los países civilizados.

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Luis Rubio

Luis Rubio

Luis Rubio es Presidente de CIDAC. Rubio es un prolífico comentarista sobre temas internacionales y de economía y política, escribe una columna semanal en Reforma y es frecuente editorialista en The Washington Post, The Wall Street Journal y The Los Angeles Times.