Con la llegada de Luis Felipe Bravo Mena como secretario particular del Presidente, y la partida de César Nava a la coordinación de las campañas federales y locales del blanquiazul, presenciamos el sexto cambio en Los Pinos desde el inicio del sexenio. Poco a poco los colaboradores más cercanos y leales al Presidente han ido desplazándose a otros cargos, en una transición que ha ido desmantelando a su equipo compacto. Calderón ha optado por enviar una señal de reconciliación a su partido con miras a las elecciones federales y locales del 2009, para las cuales el PAN se ve muy desdibujado, por el ambiente de creciente incertidumbre económica y el complicado entorno en materia de seguridad. Más que un ‘enemigo en casa’, el nombramiento de Bravo Mena sigue la misma lógica del nombramiento de Gómez Mont en la Segob: Calderón cierra filas en torno a los cuadros más experimentados del PAN para asegurar el apoyo que necesita en esta próxima etapa de su gobierno.
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