El relevo de Guillermo Ortiz por Carstens no representa preocupación alguna. Por el contrario, a Carstens lo conocen los mercados y pasó buena parte de su carrera en el Banco y en el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, el gran problema es su relevo en Hacienda. Ernesto Cordero conoció la subsecretaría de egresos pero la SHCP abarca mucho más, es de las secretarías más complejas y México se encuentra en un momento donde el margen para aprender y experimentar es nulo. Se puede decir que en este caso el riesgo es enorme.
Por otra parte, Heriberto Félix en la Secretaría de Desarrollo Social es un efecto de las decisiones de Calderón por privilegiar, una vez más, lealtad por encima de la capacidad. Sin embargo, esta actitud lo lleva a quedarse corto de talento. Cuando de SEDESOL hablamos, hay mejores secretarios en el gobierno de Calderón e incluso mejores subsecretarios para el puesto. El tema no es trivial. La SEDESOL es una pieza clave cuando las cifras de pobreza se incrementan, como lo han hecho este año dramáticamente. Además hay elecciones en 15 estados en el 2010, y las reglas de operación de programas como Oportunidades se podrán volver materia de negociación con los otros partidos. Finalmente, carece de sentido que cuando apenas hace algunas semanas se presentó el tema de combate a la pobreza como una prioridad del sexenio se ponga a la cabeza de la secretaría a un personaje sin la experiencia necesaria para llenar el cargo.
Después del nombramiento de Cordero y de Félix, lo inconcebible es que Calderón espere, ahora sí, obtener resultados diferentes. Incluso si su único objetivo fuera posicionar a más personas de confianza rumbo al 2012, ponerlos en puestos tan complejos podría resultar una desventaja.
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