Si la elección para Jefe de Gobierno del Distrito Federal en 2012 sucediera hoy el 52% elegiría a Beatriz Paredes sobre Carlos Navarrete (27%) y Demetrio Sodi (21%). Si el electorado sólo tomara en cuenta su identificación partidista el 37% votaría por el PRD, el 30% por el PRI mientras que sólo el 14% por el PAN. Estos datos proveen un contexto que permite apuntar dos componentes necesarios para asegurar la victoria en los comicios por la capital del país: la existencia de buenos candidatos y el control de las estructuras clientelares de la ciudad.
La entrega de Marcelo Ebrard de dos secretarías de gobierno prioritarias -Finanzas y Educación- a Mario Delgado parece no estar dando los resultados esperados. Con todo y tal apoyo Delgado sostiene sólo un 6% de las preferencias entre miembros de su partido -y va cayendo al perder dos puntos porcentuales de abril a agosto del presente año. Dado que Ebrard no parece empecinado en que su candidato sea Delgado, se abre la posibilidad para el Procurador Miguel Ángel Mancera e incluso para el Senador Carlos Navarrete, ambos encabezan las preferencias entre miembros de su partido con 17%. Mientras que un nivel de competencia similar se observa en el PAN entre el Delegado Demetrio Sodi y la Diputada Gabriela Cuevas, en el PRI hay una clara ventaja para la Diputada Beatriz Paredes.
Sin embargo, por más sólido que sea el candidato, podría no ser suficiente para ganar la elección. En el DF operan fuertes estructuras clientelares que son capaces de definir un alto porcentaje de los votos. El liderazgo de Rene Bejarano en estos grupos de la ciudad es un hecho, lo que aún falta por definir es si estarán dispuestos a apoyar a un eventual candidato de Ebrard, a cambio del apoyo de éste a la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, o si llevarán hasta sus últimas consecuencias el postular a un candidato afín a López Obrador. Por otro lado, existe la posibilidad de que, ante la incertidumbre en la izquierda, el PRI comience a operar con grupos clientelares que, al no tener una bandera ideológica, estén dispuestos a ir con el mejor postor. Este fenómeno podría acelerarse de prevalecer la ventaja que el más adelantado aspirante a la candidatura del PRI a la Presidencia sostiene en las preferencias electorales.
FUENTE: Encuesta de preferencias electorales, REFORMA, 4 de agosto de 2011.
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