¿Candidatos similares? Recetas alternativas para nuevos partidos

Salud

La posibilidad de crear a través de diferentes recetas productos-candidato de diferente calidad electoral es ya una realidad. Veamos si es cierto ese lema que reza: “es lo mismo pero más barato.

El conflicto que se escenificó al interior del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC), puso sobre la mesa tres asuntos fundamentales. En primer lugar, el hecho de que la normatividad electoral que nos rige, y que impone severas restricciones a la entrada de nuevas ofertas políticas, exige a aquellas agrupaciones que pretenden ingresar al sistema de partidos, niveles de representación social mucho más amplios. Ello las obliga en ocasiones a establecer pactos con grupos corporativos que, a través de sus bases clientelares, garanticen la realización de las asambleas políticas que instruye la ley electoral para obtener el registro.

El caso de Alternativa arroja importantes lecciones acerca de los riesgos que este tipo de alianzas implican: el intento de amalgamar en un mismo espacio partidista dos proyectos con raíces políticas y agendas disímiles -el socialdemócrata y el “campesino- derivó en una fractura que puso en serio riesgo la candidatura de Patricia Mercado y la existencia misma de la agrupación. El asunto parece haber quedado zanjado con la aprobación del Consejo General de IFE, por una cerrada mayoría de cinco votos contra cuatro, a la plataforma presentada por Mercado. Superado el debate sobre la legalidad en la aprobación de dicho documento, los consejeros electorales votaron en forma unánime en favor de su candidatura, al cumplir con todos los requisitos de ley.

Sin embargo, el sector campesino amenaza todavía con recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para impugnar el fallo del IFE y promover la candidatura, a todas luces ilegal, de Víctor González Torres, el “Doctor Simi. Mercado desoyó las advertencias acerca de los riesgos de convocar a dirigentes campesinos como Ignacio Irys Salomón, un conspicuo representante del agrarismo neocorporativo, chantajista y manipulador.

En segundo lugar, el conflicto del PASC nos dejó la lección de que las alianzas “a toda costa, terminan desdibujando los proyectos alternativos y llevándolos al fracaso y la frustración.

Hoy, el ala socialdemócrata, toda vez la segura defección del ala “campesina, se quedará con el duro reto de llevar al partido a buen puerto, que no es otro que la consecución del registro. Este grupo tendrá que remar a contracorriente: la razón elemental es que pocos electores estarán dispuestos a votar, seguramente, por una opción partidista que desde su origen lleva el sello del encono y de la ruptura, por más legítima y pertinente que sea su agenda.

El conflicto ha desgastado notablemente el capital político con el que había arribado Mercado a la contienda, construido a través de una larga lucha feminista, cívica y democrática. Es una lástima! porque ella encarnaba, sin duda, la posibilidad de una alternativa política fresca y renovadora y un giro más hacia la “izquierda, que enriqueciera la agenda social y ciudadana, en un contexto donde todas las demás fuerzas están buscando con enorme monotonía el ansiado centro político.

En tercer lugar, el conflicto en el PASC evidenció el poder del dinero en la construcción de candidaturas. En los motivos reales para el disenso y la ruptura, poco importaba para el ala “campesina y sus ambiciosos y abyectos líderes, la falta de arrastre de Patricia Mercado para alcanzar el registro o el escaso apego de los socialdemócratas a las normas estatutarias, no. Las razones de Irys Salomón, Héctor Sánchez y compañía para promover la sustitución de la candidata por el “Doctor Simi, fue motivada no por el extraordinario carisma o el atractivo de la agenda política de éste último, sino por el poder de su cartera. Maestros en la cultura del chantaje estos personajes vieron en el PASC una jugosa franquicia que había que rematar al mejor postor.

Qué mejor que a González Torres, un empresario con dinero hasta los dientes producto de un rentable negocio farmacéutico que se ha construido sobre bases oscuras y poco éticas. No me cabe la menor duda de que el “Doctor Simi hubiese conseguido el registro para el PASC apoyado en una cuantiosa derrama de recursos para campaña y el respaldo de las amplias redes clientelares construidas a partir de los servicios médicos que brinda a los sectores más vulnerables, el “simiseguro popular y la entrega de despensas.

El fallo a favor de la candidatura de González Torres, aunque en un partido pequeño, hubiera sentado un negro precedente y habría implicado un enorme costo para la democracia y un importante retroceso para la ética y la decencia política, para la certeza en las reglas electorales y para la imparcialidad de nuestro sistema de partidos, ya de suyo sometido a las presiones del poder económico. Por ello, el “Dr. Simi no era “ni lo mismo, ni más barato que Patricia Mercado, era “diferente (en proyectos) y más caro (para la democracia).

Por ello, es celebrable la decisión del IFE de otorgar la candidatura a Patricia Mercado, porque ello impidió la mercantilización del registro de un partido o, para decirlo de otra forma, que el dinero y la ambición política personal se hubiesen apoderado de una organización política. El Dr. Simi tenía razón: “el que ríe al último ríe mejor.

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