El camino se ha despejado para que César Nava asuma el liderazgo interino de Acción Nacional. Sin embargo, llega sin el respaldo de una figura propia, con el antecedente de una separación difícil de su antiguo encargo en los Pinos y de haber sido marginado en la carrera por la coordinación panista en la Cámara de Diputados. Será electo como candidato único en un proceso cuestionado y que dejará inconformes cuyo apoyo podría echarse de menos a futuro. Al exterior, Nava enfrentará una complicada agenda opositora y una tendencia electoral que no favorece a su partido en un periodo donde se renovarán 10 gubernaturas (7 gobernadas por el PRI, 2 por el PRD y sólo una por el PAN: Tlaxcala). El próximo dirigente de Acción Nacional tiene poco tiempo para generar consenso y sumar puntos para llegar con una posición más sólida a la elección estatutaria de 2010, en la cual podría re-elegirse. De lo contrario, su paso por el liderazgo de Acción Nacional será efímero y su utilidad real para el presidente Calderón limitada.
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