El Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) recién publicado confirma que la contracción del PIB en el segundo trimestre será de dos dígitos. Las autoridades dicen que los indicadores iniciarán su recuperación. El argumento oficial se basa en que posterior a la firma del TLC, los PIBs de Estados Unidos y México estaban altamente correlacionados; sin embargo esa situación ha disminuido a partir del inicio de la actual crisis. Ante este hecho hay elementos en la ecuación que auguran una recuperación complicada:
1. México habrá de esperar por la recuperación en el vecino del norte para arrancar el proceso de crecimiento interno.
2. Aún cuando se de una recuperación en Estados Unidos, la medida en que se reactivaría su demanda por importaciones de manufacturas e insumos mexicanos es incierta. Además, no se puede asegurar que ésta se recupere en todos los sectores.
3. La caída de la demanda, consecuencia de la crisis, ha impactado negativamente la capacidad de producción de empresas mexicanas.
Con estos elementos, el proceso de ajuste para México será más lento de lo previsto, pues implica que no sólo habrá que reactivar la producción, sino reinvertir en la planta productiva del país. Se trata de una crisis cuya tendencia será similar a una “U”; luego de una baja pronunciada seguirá un largo proceso de ajuste y reconstitución económica. Para retomar el proceso de crecimiento económico se deberá esperar al menos hasta la segunda mitad de 2010. Por lo pronto, la tesis de una contracción de entre el 7% y el 8% del PIB en 2009 se percibe sólida.
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