El fin de semana pasado se celebró el 11º Congreso Nacional Ordinario del PRD, en el cual convivieron miembros de las corrientes en disputa dentro del partido agrupadas en dos bandos: Chuchos y Encinistas. A pesar de las divisiones se llegó a acuerdos promisorios para la vida interna del PRD:
* Reformaron los estatutos para integrar una comisión política que dirija el partido compuesta de 15 miembros, incluido el presidente y el secretario general del partido. Los otros 13 miembros serán elegidos por el 70% de los miembros del Consejo Nacional, sin embargo, la falta de consenso para elegir a los consejeros que faltan y el cuestionamiento a los nombramientos de este año, pospusieron la integración de ambos hasta al 11 de octubre.
* Aprobaron una reforma para permitir alianzas con el PAN y el PRI para las elecciones de 2009. Estas alianzas eran prohibidas desde el 2004, pero la coyuntura electoral apremia en la búsqueda de espacios políticos.
* Propusieron blindar al partido de la filtración del crimen organizado, revisando los antecedentes y perfil de cada candidato que contienda a un puesto de elección popular.
El congreso perredista demostró que a pesar de la débil institucionalidad del partido, es posible dialogar para llegar a acuerdos sustantivos que permitan la supervivencia del partido. Guadalupe Acosta Naranjo se ha probado como un actor muy eficaz para procesar las divisiones internas. Sin embargo, la amenaza de ruptura entre Chuchos y Amlos/Encinistas sigue latente y podría abrir espacios para el surgimiento de un nuevo partido de izquierda.
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