El programa de créditos universitarios anunciado por el Ejecutivo Federal, para que un mayor número de jóvenes pueda estudiar en instituciones privadas, más que contribuir a solucionar el problema de la educación superior en México, parece ser una política pública con fines electorales. Se trata del otorgamiento de garantías por 2 mil 500 millones de pesos para que los bancos den créditos de hasta 280 mil pesos a 23 mil estudiantes para cubrir el costo de una licenciatura o posgrado en alguna de las 21 instituciones privadas inscritas. La efectividad en materia educativa de esta política no podrá ser evaluada hasta dentro de un lapso de tiempo considerable. No obstante, incluso cuando en el largo plazo este tipo de medidas no solucionen los problemas de fondo, en el corto plazo sí podrían desviar la atención de los fracasos del Gobierno en turno y traducirse en saldos electorales positivos dentro de un sector específico de la población.
Esta medida, políticamente correcta y a la que difícilmente algún actor político se opondría abiertamente, podría ser criticable en muchos sentidos -tal y como lo son la eliminación de la tenencia o la deducibilidad de las colegiaturas. El hecho de que el programa de créditos esté orientado únicamente a universidades privadas y no a cubrir el costo de oportunidad de jóvenes de bajos ingresos, que podrían dejar de estudiar por la necesidad de trabajar, es un elemento de debilidad de la política. Aunado a lo anterior, el supuesto de que el estudiante encontrará trabajo en un plazo de 6 meses tras graduarse para comenzar a pagar el crédito es también cuestionable. Sin embargo, el esquema ha probado su funcionalidad en algunas instituciones de educación superior en el país, y es sumamente atractivo para un público indeciso sobre su voto y, que eventualmente, podría optar por el PAN.
Dado que, a diferencia del PRI y el PRD, el PAN ha sido incapaz de construir redes clientelares entre los sectores de bajos ingresos, resultaría razonable que con este tipo de políticas busque crear su propia red entre la clase media. Más aún, habiendo comprendido el papel decisivo que el voto de este sector de la población ha jugado en las últimas elecciones -especialmente en la presidencial de 2006- en los próximos meses podrían emprenderse más políticas de este tipo desde el Ejecutivo. Si estas acciones le permitirán al PAN permanecer en la presidencia, está por verse.
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