De la marcha y la omisión legislativa

Elecciones

Ya en 1848 los europeos se manifestaban en descontento contra la calidad del liderazgo político, buscaban apremiantemente una mayor inclusión política y la rescisión de los privilegios de las élites en el poder. De la misma forma, las manifestaciones más exitosas que caracterizan el siglo XX ayudaron a frenar la guerra de Vietnam y redujeron medidas autoritarias en varios países. El punto en común es que las demandas sociales eran concretas: extensión del sufragio, fin de la guerra, fin de medidas autoritarias y así sucesivamente. Hoy en México el contexto es distinto, las medidas que demanda la ciudadanía carecen de ese objeto concreto. Sin embargo, se sigue percibiendo que las marchas cumplen la misma función, cuando en realidad sólo hay acuerdo en lo general.
La marcha nacional que culminó en el Zócalo el pasado domingo puso en evidencia, además, la constante búsqueda de una voz que incluyera las demandas de los miles sin voz. Desde Lázaro Cárdenas, hasta el mismo Fox o López Obrador, se trata de la búsqueda de míticos Tlatoanis que resuelvan los problemas. Ahora, surgen nuevas voces apartidistas de padres de familia que han sido violentados por la falta de Estado de Derecho y, a través de ellos, cientos -sino miles- buscan una salida para manifestar su dolor e inconformidad contra el gobierno. Sin embargo, la falta de consenso entre los grupos que lideran la protesta -como ya ha ocurrido anteriormente- podría permitir al Gobierno Federal exhibir tales diferencias y terminar por justificar su estrategia. Si existe consciencia de esta situación, los líderes de la protesta podrían tomar la alternativa de endurecer su postura -como ya ocurrió en parte con la solicitud de renuncia del Secretario de Seguridad Pública- para negar el diálogo al Presidente Calderón.
Sin embargo, es importante observar que la obligación de transformar las demandas generales en exigencias concretas es una función del Poder Legislativo. A través de los mecanismos de representación indirecta está obligado a buscar consensos para llegar a puntos de acuerdo que representen los intereses de sus electores. Por lo mismo, la marcha nacional, no sólo fue un reclamo contra la ineficiencia de la estrategia del Gobierno Federal sino que fue también, en su rechazo al sistema de partidos, una expresión de frustración ante el Legislativo. Y es que en buena medida, la sociedad no tiene por qué encontrar consenso entre sí, esa es la función de los legisladores.

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