Como parte del programa Apoyo a la Economía Familiar, la CONCAMIN pactó con el Presidente Calderón congelar los precios de 150 productos hasta el final de este año –aquellos que están sujetos a cotizaciones de futuros como el trigo y los aceites y las grasas vegetales permanecerán fijos solamente hasta fines de julio y agosto, respectivamente. Los industriales señalaron que serán ellos quienes absorberán los costos y que alcanzaron este acuerdo con el gobierno de forma voluntaria. Aquellos a los que preocupa más el corto plazo, han señalado que la medida es insuficiente porque los precios ya habían aumentado antes y porque no se consideran productos con un mayor peso en la canasta básica. Otros, más enfocados en el largo plazo, señalan que la medida además de no ser sostenible introduce distorsiones en la interacción de la demanda y la oferta que bien podrían provocar escasez de productos. Mientras el gobierno sigue implementando medidas para contrarrestar los negativos efectos de los incrementos en los precios; los analistas económicos, financieros y ahora también los analistas políticos -como consecuencia del debate de las últimas semanas entorno a la autonomía del Banco de México- están atentos a la decisión de política monetaria que se publica este viernes. Lo que suceda con las tasas y el tono con el que Banxico se exprese en su comunicado seguramente fijarán la agenda económica de las próximas semanas.
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