Causas como la de Alejandro Martí y la nulidad del voto cuestionan el sistema de partidos tal como existe actualmente: anquilosado, ineficiente y poco cercano a la ciudadanía. El poder de convocatoria de Martí es consecuencia del vacío que existe cuando de articular soluciones se trata. El voto en blanco no cambiará el panorama político –incluso será difícil de medir. Sin embargo, lo importante es lo que representan estos esfuerzos. Pasado el 5 de julio abrirán una ventana de oportunidad única para darle forma a lo que lleva meses en el debate: reelección, candidaturas independientes, libertad de expresión, derechos políticos y civiles de los ciudadanos, las candidaturas plurinominales y la representatividad del sistema de partidos. El éxito dependerá en buena medida del uso del capital político obtenido por los movimientos ciudadanos.
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