Ahora que todo apunta a una estabilización en el contagio de la enfermedad, el Gobierno Federal ha asumido la fase de control de daños. Hacia adentro del país, el gobierno enfrenta el reto de mantener el control de la enfermedad y conservar la aprobación popular sobre las acciones emprendidas. El no comunicar la película de antemano, en particular el riesgo de multiplicación exponencial y las implicaciones de no actuar, dejó abierto un flanco que será aprovechado por actores políticos ahora que la emergencia ya pasó. Si bien se antoja difícil que esto tenga efectos negativos sobre el PAN en las elecciones intermedias, es un hecho que el Gobierno Federal no tuvo la habilidad para aprovechar la coyuntura en beneficio propio. En lo que respecta al reto internacional, el Gobierno Federal ha apoyado sus acciones en la aprobación de organismos internacionales y de otros países, tanto para justificar la intensidad de su actuar al interior como para ganar legitimidad en el exterior. Esta labor no terminará pronto y cada vez más requerirá estrategias específicas para ayudar a los sectores más afectados como son el turismo.
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