La iniciativa de reforma presentada por el Presidente Calderón enfatiza la reorganización de Pemex por encima de mecanismos para atraer inversión. Con modificaciones a cinco leyes secundarias, pero sin tocar la Constitución, el Ejecutivo propone:
• Dotar a Pemex de mayor autonomía de gestión creando simultáneamente comités de transparencia,
• Permitir inversión privada en refinación y ductos,
• Crear nuevas figuras de contratos que permitan la participación de empresas privadas en la exploración y producción de petróleo sin ceder la propiedad de los hidrocarburos,
• Fortalecer al órgano regulador y,
• Crea un mecanismo de inversión para que los mexicanos puedan beneficiarse de la renta petrolera a través de bonos.
A pesar de no ser un gran proyecto, se enfoca en lo esencial: la improductividad de la empresa. La iniciativa acierta en cuanto a que el problema no es la falta de dinero sino encontrar los mecanismos que permiten emplearlo más eficientemente.
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