El primer golpe directo al paquete económico 2010 llegó por parte de Fitch Ratings, y aunque la baja en la calificación crediticia de México ya estaba descontada por el mercado, también debe tomarse en cuenta que no será la última: falta Standard &Poor’s. Ante esta realidad algunos detalles relevantes son:
* La combinación de reducción en la calificación de deuda acompañada de una declaración de perspectiva “estable” y un riesgo país moderado, no necesariamente significan una amenaza de corto plazo. Al contrario, un incremento en la tasa que pague la deuda gubernamental mexicana podría inclusive generar incentivos a la atracción de fondos durante 2010.
* Sin embargo, en el mediano y largo plazo el encarecimiento del servicio de deuda puede conducir al déficit público a niveles de riesgo en el orden de hasta 5% del PIB en el escenario de que continúe el estancamiento de la economía y que la perspectiva de México cambie de “estable” a “negativa”.
El riesgo real para México ante la reducción en la calificación de su deuda es un asunto de expectativas; es un reto que obliga a las autoridades a fortalecer la confianza en la sustentabilidad del país en el futuro. Es por ello que la respuesta de la Secretaria de Hacienda es inquietante. Decir que el paquete fiscal asegura gasto suficiente para 2010 es tanto como ignorar que la evaluación de Fitch tiene en realidad un horizonte de largo plazo. Si bien la reacción se incorpora al ámbito del discurso, ni siquiera en ese plano contribuye a la construcción de confianza en la sustentabilidad de México en el largo plazo.
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