El tiempo avanza y el Instituto Federal Electoral (IFE) amenaza con convertirse en una institución con atribuciones en materia de regulación mediática y dictaminación judicial que van más allá de lo que otras instituciones encargadas de organizar comicios en el mundo suelen tener. Mientras algunos especialistas temen el colapso del IFE, lo que resalta es que sigue predominando su apreciación como la institución legitimadora de elecciones -lo que es atribución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)- y no como el garante técnico de los comicios.
A causa de omisiones legislativas, el IFE carece de tres consejeros y de dos modificaciones constitucionales: una ley específica de derecho de réplica y un catálogo de sanciones. Además, se carece de modificaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) que permitirían separar el financiamiento de precampañas de los gastos de campaña y las modificaciones correspondientes que permitirían que el recuento de votos -en caso necesario- lo encabezaran vocales y consejeros distritales (por el momento sólo lo pueden encabezar vocales ejecutivos).
A falta de tres consejeros el valor del primus inter pares de Leonardo Valdés, Consejero Presidente, se debilita en votaciones cerradas al tener un consejo integrado por un número par (seis). Sin la ley específica de derecho de réplica, la reglamentación que impulsó el IFE se verá confrontada con impugnaciones y quejas de los terceros afectados, que desde ahora se han manifestado en contra de la normatividad secundaria. Sin el catálogo de sanciones, se seguirán resolviendo conflictos con los procedimientos especiales que establecieron los legisladores de manera excepcional. Lo anterior carga a la burocracia electoral con más trabajo. Finalmente, las modificaciones al COFIPE que se quedaron en el tintero legislativo tendrán consecuencias en el proceso de fiscalización y, en caso de ser necesario un recuento de votos, el plazo dado por la ley para el cómputo de votos se podría ver trasgredido.
Si bien este compendio de complicaciones dificultan la labor del IFE, y lo tienen en el centro de las críticas, lo cierto es que la ruta para la resolución de conflictos e impugnaciones es clara -a través del TEPJF. Será el relevo de la Presidencia de dicho Tribunal en las próximas semanas, actualmente a cargo de la Magistrada María del Carmen Alanís, clave para los partidos y las elecciones del próximo año.
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