El avionazo en el que perdieron la vida el secretario de gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el secretario del consejo de seguridad, Jose Luis Santiago Vasconcelos, tendrá fuertes repercusiones en el tablero de la política y la seguridad mexicanas. Con la muerte de Mouriño, el presidente Calderón pierde al más cercano de sus colaboradores y operadores políticos, y el PAN se queda sin uno de sus principales precandidatos a la presidencia en el 2012. Aunque los escándalos y el enorme desgaste político que había sufrido en sus 300 días como secretario de gobernación había generado rumores de su eventual salida, lo cierto es que Mouriño era una de las pocas cartas fuertes con las que contaba Calderón para los próximos años. El efecto emocional del golpe para una presidencia que ha dado gran valor político a la amistad y la confianza no debe disminuirse. Por su parte, aunque su prestigio se había visto golpeado por escándalos recientes de infiltración del narco en mandos ligados a él, Santiago Vasconcelos fue el principal operador gubernamental contra el narcotráfico en el sexenio de Fox, y uno de los principales operadores en la actual administración. Su conocimiento del tema será extrañado en una estructura de mandos de seguridad pública cada vez más empobrecida.
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