Los resultados de las últimas encuestas lo confirman: la estrategia combativa del PAN sí le pegó en los números al PRI (ver encuesta rumbo al 2009). Lo cierto es que las aspiraciones reales del PAN tienen un tope. Probablemente sólo les alcance para que el PRI esté más lejos de alcanzar la mayoría absoluta. Vencer al tricolor en julio próximo no es un escenario que pueda ser tratado con seriedad en el blanquiazul, su preocupación más bien está en cómo administrar la derrota. Por otro lado, el PRI tampoco está manco y ya ha comenzado el contraataque en varios frentes. Mientras tanto, el PRD presenta un ligero, pero significativo repunte. Su nivel de preferencia crece en proporción inversa a la reducción del nivel de su rechazo. Todo indica que la imagen conciliadora ha rendido buenos frutos, sin embargo su mejor aliado en lo electoral sigue siendo la crisis económica. Por último, en la pelea por mantener el registro, el PVEM es el mejor posicionado, y considerando los números y la expectativa de abstencionismo, la empresa se ve complicada para más de uno.
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