López Obrador ha demostrado una y otra vez su capacidad de volver al centro de la escena política cuando sus adversarios lo consideran desahuciado. Como imagen de la campaña mediática de PT y Convergencia, podría lograr que ambos partidos retengan su registro y se ha posicionado en la última encuesta de Reforma en un (distante) segundo sitio en las preferencias rumbo al 2012 -el primero lo ocupa Peña Nieto. Esto no lo convierte en un aspirante viable para llegar a Los Pinos, pero sí ratifica su relevancia como actor político. AMLO ha apostado a la vía del movimiento social, por lo que un escenario de instituciones débiles y crisis económica le va muy bien.
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