Aunque todavía tiene el poder para tomarse la foto con el presidente Calderón al anunciar inminentes reformas educativas, el liderazgo de la maestra Elba Esther sobre su sindicato enfrenta el primer desafío interno serio en muchos años. El secretario general del SNTE (Ochoa) parece alejado de la maestra. El líder de los diputados del partido de la maestra (Miguel Ángel Jiménez) fue sustituido. En el correo político trascienden intrigas familiares. En el trasfondo de la pelea por el sindicato se vislumbra un conflicto de mayor alcance: una posible reforma educativa negociada entre la maestra y el gobierno federal que afectaría la injerencia sindical en la “carrera magisterial”. Arrebatarle al sindicato el control de la dirección y supervisión de los maestros del país, es clave para evaluarlos y exigirles resultados y así elevar la calidad. Sin embargo, también amenaza los equilibrios políticos internos que sostienen al sindicato.
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