El pasado 29 de febrero, el Secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, anunció el relanzamiento del “Programa para la Formalización del Empleo” (PFE) en todo el país. El Programa, busca disminuir la informalidad en un punto porcentual por año. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2013, el 54% de los trabajadores mexicanos eran informales. En este sentido, la informalidad laboral ha sido un reto para la economía mexicana tanto en términos de recaudación tributaria, como para impulsar la productividad. Ante dicha problemática, el Gobierno Federal ha privilegiado, en su mayoría, programas que mantienen un enfoque punitivo hacia la informalidad, así como campañas de concientización para que los individuos se incorporen voluntariamente al sector formal. Sin embargo, es relevante reconocer que dicho enfoque ha sido insuficiente y no ha logrado atender los altos costos fiscales, regulatorios y logísticos que limitan la transición hacia el sector formal. Es necesario replantear la discusión hacia esquemas que hagan más dinámico el mercado laboral, y ampliar las obligaciones y beneficios para todos los actores económicos.
La ineficiencia de la informalidad
La informalidad, desde la perspectiva del sector público y privado, representa un equilibrio poco eficiente para la operación de la economía. La magnitud del mercado informal representa uno de los principales desafíos para las finanzas públicas nacionales. Esto se debe a que la gran proporción de negocios informales provoca que la recaudación efectiva se concentre en una minoría de empresas. Como consecuencia, la recaudación del sector público es vulnerable ante contracciones de la economía formal y la reducción de los ingresos petroleros tales como las que presenta la coyuntura actual.
Gráfica 1. América Latina: tasas de empleo informal. Año 2013
Fuente: Elaborado por CIDAC con datos de OIT.
Por otro lado, los negocios que se encuentran en el sector informal se enfrentan a obstáculos y características que minan su productividad. Por ejemplo, las empresas informales no son sujetas de crédito, lo cual se traduce en una mayor dificultad para invertir e incrementar su acervo de capital o nivel de tecnología. Asimismo, los empleos generados en el sector informal no necesariamente cumplen con la regulación laboral, no proveen seguridad social, no garantizan una pensión, ni otorgan certidumbre en caso de un despido injustificado. Inclusive, para los proveedores de las empresas informales también existe una situación adversa, ya que se vuelve imposible realizar contratos mercantiles con el sector informal.
Si bien el sector informal provee trabajo a un número importante de mexicanos, este trabajo es poco productivo ya que tiene una alta proporción de personal ocupado en una actividad de bajo valor agregado. Si bien el 58% de los empleos están en el sector informal, esto solamente genera el 24% del valor agregado de la economía. Mientras que el sector formal, con sólo el 42% de los empleos llega a generar el 76% del valor agregado.[1] Asimismo, la productividad es alrededor de 4.4 veces mayor en el sector formal. Como demuestra la gráfica 2, en las distintas entidades federativas de México, se observa una relación importante entre la baja productividad y el tamaño de la economía informal.
Gráfica 2. Relación entre los niveles de productividad e informalidad en las entidades federativas
Fuente: Elaborado por el CIDAC, con datos del INEGI.
Los obstáculos del sector formal
Los actores económicos eligen pertenecer al sector informal debido a la regulación excesiva y a los altos costos que implica pertenecer al sector formal. Mientras que en los países de la OCDE, el proceso de apertura de una empresa le cuesta en promedio el 3% de su ingreso a un emprendedor, en la Ciudad de México le cuesta alrededor del 19% de su ingreso. Inclusive, para aquellas compañías que pasan por este proceso y logran establecerse en el sector formal, la carga regulatoria es significativa. El tiempo que se requiere para preparar, presentar y pagar impuestos para una compañía equivale en promedio a 286 horas por año, esto es 60% más que en los países de la OCDE.[2]
Los costos también se observan por la falta de flexibilidad en el mercado laboral formal. Uno de los ejemplos claros es la saturación actual en la resolución de conflictos laborales, lo cual hace que el proceso para otorgar un laudo, y cobro efectivo, lleve alrededor de 2.5 años.[3] Además, en el caso de los trabajadores, se han reducido los incentivos a pertenecer al sector formal en México, debido a la creación de esquemas de seguridad social no contributivos, como el seguro popular. Esto funciona como un subsidio al sector informal, que requiere de los recursos captados mediante la minoría que sí tributa en el sector formal.
Falta de resultados de programas para la formalización
Esquemas actuales como el Programa de Formalización del Empleo (PFE), se limitan a la promoción de los beneficios de la formalidad mediante campañas de socialización y, promoción de un mayor registro de trabajadores asalariados subordinados ante el IMSS. El programa posee un componente punitivo de inspecciones de trabajo a pequeñas y medianas empresas (en la edición pasada del programa se llevaron a cabo casi 73 mil visitas de inspección)[4]. Si bien, el PFE puede aumentar los afiliados al IMSS, no aborda los importantes retos mencionados anteriormente, tales como: los altos costos para emprender, la lentitud del acceso a servicios públicos, el complicado proceso de pago de impuestos o la resolución de conflictos. Dado el alcance acotado del PFE, no se aprecia un efecto positivo de largo plazo en la reducción de la informalidad, lo cual se puede apreciar en la tendencia decreciente de la tasa de formalidad laboral, en la gráfica 3.
Gráfica 3. Evolución de la Formalidad Laboral y Afiliados a la Seguridad Social
Por otro lado, en su momento la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) implementó la estrategia “Crezcamos Juntos”, la cual lanzó esquemas para generar incentivos que hicieran atractiva la transición a la formalidad. Dentro de esto, es importante mencionar cómo ambas estrategias, tanto la del PFE como la iniciativa de la SHCP, abordan distintas aristas de la problemática pero proporcionan esquemas incompletos de transición a la formalidad. Por un lado, las autoridades hacendarias perpetúan esquemas legales, como el Régimen de Incorporación Fiscal, que sólo priorizan la contribución del trabajador, pero no necesariamente garantizan los beneficios de seguridad social que le corresponderían a cambio. Mientras que, programas como el PFE son una alternativa para incluir trabajadores al IMSS, pero en su mayoría están basados en el enfoque punitivo de inclusión y sus efectos no permanecen en el largo plazo.
En conclusión, tanto la tributación como la inscripción a la seguridad social son condiciones necesarias pero no suficientes para un tránsito efectivo hacia el sector formal, y por ende, el enfoque de política pública no debería ser únicamente este. Además, en el marco de estas dos condiciones, en México existen incentivos contradictorios para “hacerse formal”. Por un lado, existen figuras legales que promueven empresas formales pero trabajadores informales, y por otro, hay iniciativas gubernamentales que promueven la afiliación a redes de seguridad social cuando a su vez se incentiva el uso de esquemas de salud no contributivos. Las medidas efectivas para hacer más atractiva la formalización son aquéllas que van más allá de la seguridad social. De hecho, son aquellas que facilitan, tanto la entrada al sector formal, como la operación flexible de los negocios en largo plazo.
Autores: Carlos De la Rosa, Ximena López, Mireya Moreno, Jorge Ramírez y Rafael Vega
Coordinadora: Mariana Meza
Editor: Patricio Toussaint
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[1] http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/cn/informal/
[2] http://espanol.doingbusiness.org/data/exploreeconomies/mexico/#close
[3] Datos de la investigación económica de la Dra. Joyce Carol Sadka a nivel local.
[4] Comunicación social de la STPS. “Aprueba CONAGO propuesta de la STPS de relanzar Programa de Formalización del Empleo”, disponible en: http://www.gob.mx/stps/prensa/aprueba-conago-propuesta-de-la-stps-de-relanzar-programa-de-formalizacion-del-empleo?idiom=es-MX
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