La victoria de Barack Obama y la reconformación del poder legislativo con una abultada mayoría del partido demócrata plantean una nueva realidad tanto para la propia sociedad y economía norteamericanas como para México. Los demócratas no lograron el numero necesario de senadores para evitar la posibilidad del veto de los republicanos. Sin embargo, es de esperar que se produzca un gran numero de iniciativas de ley por parte del ala liberal de partido demócrata, contingente que no ha tenido oportunidad de avanzar sus prioridades legislativas desde la época de Carter hace treinta años. Para México hay riesgos importantes en este proceso, sobre todo los relativos a temas comerciales y migratorios, además de aquellos que impulsen los sindicatos, cuyo apoyo a la candidatura del hoy presidente electo fue decisivo. Los difíciles retos que presentará la futura administración Obama para México contrastan con la visión notablemente optimista con que muchos mexicanos saludan la elección del demócrata (ver sección Encuestas).
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