El Gobierno Federal parece haber encontrado una estrategia ganadora para contener el desangre de confianza pública que causaron las precipitadas respuestas iniciales al avionazo. Aunque no es el más telegénico de sus funcionarios, Luis Téllez fue particularmente efectivo como vocero de la crisis, ya que aprovechó su doble carácter de regulador de los medios (alguien a quien éstos no pueden ignorar, ni maltratar), y de autoridad técnica y no policíaca (lo que hizo más creíble la más tranquilizadora tesis del accidente). Paralelamente, con la llegada de Gómez Mont a Gobernación se siente un manejo más seguro y coordinado de la agenda de seguridad, y se aprecia mayor discreción y enfoque en la interlocución política. Gómez Mont todavía tendrá que enfrentar crisis mayores, y éstas no tardarán en llegar. Pero los primeros pasos del gobierno después del avionazo parecen más atinados y profesionales.
La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org