Después de semanas de haber capturado los salones de sesiones del Senado y la Cámara de Diputados, los legisladores lopezobradoristas preparan su “retirada estratégica”. Para AMLO el saldo político es enormemente favorable: no sólo consiguió convertirse en el actor político central del país, sino que moderó y congeló la reforma petrolera de Calderón, ganó meses valiosísimos para el debate de la misma, y le metió miedo a sus rivales. Para su viejo partido –el PRD– el saldo es catastrófico, pues sumó el desprestigio de la toma de las tribunas al caos de su elección interna. Sobra la pregunta obvia: ¿dónde están los otros profesionales de la política mexicana?
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