El nuevo año traerá enormes desafíos en la conducción política y económica del país: el presidente tendrá que optar por una política económica para su gestión (apertura e inversión o protección y cambios marginales), enfrentando a la vez, tendencias inflacionarias, presiones sociales en el campo, los partidos maximizando sus rentas rumbo a las elecciones de legisladores federales de 2009 y elecciones en Estados Unidos, entre otros. El presidente tendrá que recurrir a sus mejores hombres y hacer uso de todos sus recursos. Actualmente, el círculo más íntimo de colaboradores está dividido y confrontado, en tanto que entre sus secretarios se encuentran panistas connotados y tecnócratas adheridos al gobierno. En este contexto, el presidente podría hacer relevos entre sus colaboradores, para transitar del equipo electoral que le permitió sumar el apoyo y los votos para la victoria, a un equipo de gobierno que le dé resultados en lo político y en lo económico, de cara al 2009.
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